martes, 27 de octubre de 2015

Quinta parte

  CHANGMIN POV



Algo le pasa a Junsu, puedo sentirlo. Desde hace un par de días ha estado… Mmm… No sé qué palabra usar pero no es mi potón de siempre, algunos días estamos como dos tortolos enamorados pero otros me rehúye y no es el tipo de rechazo sexual que me excita, cuando me ve caminando por el pasillo, si le es posible me evita, de lo contrario me sonríe tímidamente y me mira como si… Como si no tuviera ojos para nadie más ¡Ah! No lo entiendo. Es más impredecible que una chica, aunque en ese punto creo que ambos lo somos.

Hace quince días me dijo que tenía problemas en casa, problemas mi culo, no soy estúpido, pude ver cada una de sus expresiones desde mi posición privilegiada en su balcón y fue obvio que me estaba mintiendo. Tan obvio como el hecho de que él siente algo por mí más allá de la amistad y el deseo, puedo verlo en sus ojos, ahora la cuestión es ¿Será posible que me ame o pueda llegar a hacerlo conforme pase el tiempo? Aún no estoy seguro de eso, el tema de Yoochun es tabú cuando estamos juntos pero la incertidumbre me carcome ¿Pensará en él? ¿Lo extraña? Lo peor es que no me atrevo a preguntarle porque me aterra su respuesta. Bien puedo estar malinterpretando y ver en sus gestos y acciones lo que deseo esté ahí, si me amara no me evitaría, al contrario, buscaría estar todo el tiempo a mi lado y recientemente pone pretextos para verme cada vez menos.



— ¡Ey Chang!



Volteé al escuchar a Jaejoong llamándome y lo saludé con un movimiento de la mano, en verdad ese sujeto resplandece tanto que me veo tentado de cubrir mis ojos, es jodidamente atractivo hasta por las mañanas, cuando las personas normales nos vemos todas puteadas y desveladas. Parece modelo de pasarela mientras camina hacía mi. Ahora que lo recuerdo, en algún momento me sentí ligeramente atraído por Jae y él por mi aunque no pasó de un coqueteo superficial, lo nuestro no habría funcionado porque somos demasiado parecidos, ambos necesitamos una pareja dulce y amable que saque nuestro lado más rosa/gay, no el agresivo/asesino. Por eso Yunho es perfecto para mi amigo, si bien no es todo dulzura y amor, sabe cómo calmar el genio de Joong y lo convierte en un cachorro felpudo todo dócil y blandito. Es exactamente lo que Junsu hace conmigo también. Soy  todo un pendejo idiota pachón cuando estoy junto a mi ángel, es más, probablemente Jae viene a echármelo en cara como yo lo hice en algún momento cuando empezó su relación secreta con Yunho, que en realidad es un secreto a voces, por más discretos que intenten ser, todos lo sabemos porque cuando ambos están en la habitación echan chispas. Así mismo, también sabemos que el papá de Yunho es un hombre chapado a la antigua y no puede saber de lo suyo. Es una suerte que mis padres no se metan en mi vida y los de Junsu hasta apoyan una relación entre nosotros.



—Tenemos que hablar. —Dijo en el instante en que llegó a mi lado.

— ¿Vas a terminar conmigo? Joder no, cambiaré, lo juro.



Jaejoong rodó las pupilas y bufó, haciendo que su perfecto y bien acomodado flequillo se elevara por unos segundos para luego volver a caer sobre su  frente. Siempre me he sentido orgulloso de mi atractivo pero él me hace sentir como un patito feo.



—Hablo en serio, Shim… —Apoyó ambas manos en mi escritorio y se inclinó, bajando la voz a un susurro. —Nunca he querido meterme en esto porque tanto tú como Yoochun son mis amigos, de hecho fui yo quien presentó a Junsu y a…

— ¡Cállate! Jamás te perdonaré eso, mugre traidor.



Cabe mencionar que yo también estoy susurrando.



—Ya… En ese entonces ni te gustaba.

—Da igual, debiste saber que moriría por él después. —Musité secando una inexistente lágrima de mi mejilla.

—Eres un idiota… ¡Ash! Contigo no se puede hablar seriamente, mejor me voy.

Lo tomé del brazo cuando hizo el amago de irse y formé un dulce mohín en mis labios. En verdad estoy desesperado por saber qué vino a decirme, no lo dejaré ir sin que suelte la sopa.



—No te enojes, hyung. Anda, me comportaré… Dime…

—Mmm… Bueno…



Volvió a acercarse a mí para que pudiéramos continuar murmurando, igual no es necesario porque en este momento mis demás compañeros de piso no han llegado, bendita puntualidad.



—Como te decía… —Continuó. —Ambos son mis amigos pero en el fondo siempre he querido que tú te quedes con Junsu porque es un buen chico y Yoochun nunca ha sabido apreciarlo, ahora anda con eso de “Lo amo, lo extraño” Bla, bla … Sólo está encaprichado y Susu no merece que vuelva a lastimarlo. Da igual, a lo que venía…



Estiró el brazo y golpeó mi cabeza con la palma de su mano.



—¡Aush! —Me quejé porque Jae tiene una mano pesada. —Y eso ¿Por qué?

—Porque me enteré de tus ondas con Junsu por Yoochun, eres un mal amigo, debiste decírmelo.

—Pero si ya nos has visto  tonteando en los pasillos estas últimas semanas, y el viernes pasado te hablé por teléfono para contarte mis penas.

— ¡De todos modos esperaba que me lo dijeras! Sólo diste por sentado que lo sabía, Junsu si se lo dijo a Yunnie, me siento herido.

—Tú tampoco me dijiste cuando comenzaste a follar con Yunho, me enteré hasta ese traumatizante día en que te hablé por teléfono y ambos estaban…

— ¡Calla! —Exclamó algo incómodo y volvió a darme un zape.

—Joong… Juro que la próxima vez te lo devuelvo… —Mascullé con un tono de voz lúgubre pero mi amigo ni por enterado se dio.

— Ese fue porque estás todo idiota. ¿Qué tipo de relación tienes con Junsu?

—No lo sé… —Comenté bajando la vista. —Me encantaría poder contestar tu pregunta, si por mi fuera, sería oficialmente mi novio pero… No sé que sienta él por mi y…

—¡Agh! Enserio dan ganas de darte otro golpe.  Eres tan ciego como Junsu,  cómo no puedes ver que… ¡Ahhh!



Mi cuerpo reaccionó con un sobresalto al escuchar su grito y de seguro mi expresión fue de terror, idéntica a la de Jaejoong cuando Yunho lo alzó en vilo y lo arrastró lejos de mí. No reaccionamos así porque sea feo, ni al caso, simplemente estábamos tan ensimismados en nuestra plática que no notamos cuando Jung  entró a la oficina, nos sorprendió.



—Buenos días, Changmin.



Me saludó muy casual, como si no estuviese arrastrando a su lépero y alebrestado  novio fuera de mi cubículo.



—Buenos… días, hyung. —Comenté aún atónito.

— ¡Suéltame! ¡Animal! ¡Maldito bastardo! —Se quejaba Jaejoong, retorciéndose en los brazos de su novio. —Changmiiin, no permitas que los separen. ¡Sé racional! ¡RACIONAL!



Es una suerte que sólo estemos nosotros tres aquí. De todos modos Yunho no le hizo caso a Jae y ambos se fueron. Eso fue raro… y ahora más que nunca necesito saber lo que mi rubio amigo iba a decir, aunque lo más seguro es que Jung lo tenga vigilado, debo ser cuidadoso. ¿Qué es lo que Yunho no quiere que sepa? Tal vez Junsu le dijo algo… y ese algo debe ser lo suficientemente importante como para que Joong decida meterse donde no lo llaman.  ¡Mugre Jung! Lo odio, lo odio. Ahora no podré estar en paz, necesito volver a hablar con Jae. ¿A qué se refería con eso de “no permitas que los separen, sé racional”?

Recargué la cabeza en el respaldo de mi silla, tratando de llegar al meollo del asunto pero no obtuve ninguna respuesta a la cuestión. Me incorporé cuando escuche voces por doquier y dirigí mi vista hacía el reloj de la pared ¡Joder! Ha pasado una hora, ni siquiera sentí el tiempo pasar, aún no entiendo nada, y si sigo pensando en eso me va a dar un ataque o algo. Suspiré frustrado y me levanté de la silla, estirando mis brazos sobre la cabeza, luego de eso me encaminé mis pasos hacía el baño. Al encontrarme dentro, miré mi reflejo unos segundos para a continuación inclinar el cuerpo sobre el lavamanos y mojar mi cara. Mientras lo hacía escuché el portillo abrirse pero no presté atención, hasta que escuche esa voz…



—Vaya, vaya, a quién me vengo a encontrar aquí.



Me puse rígido y miré por el espejo a Yoochun, apartando el agua de mi rostro con los dedos.



—¿Qué haces aquí? —Siseé mordaz, imaginándome cuál sería su respuesta.

—Vine a ver a mi  novio, por supuesto.



Apreté los dientes pero intenté mantener la calma. Si no supiera que a Junsu le tocó salir a resolver unos asuntos fuera de las instalaciones, estaría sumamente alterado ante la idea de que puedan verse.



—Él ya no es tu novio.



Yoochun se encogió de hombros y se apoyó casualmente en el acceso al sanitario, mirándome con una sonrisa sumamente engreída.



—Tal vez no, pero aún me ama…



Procuré no reaccionar a su comentario aunque sin duda alguna la sangre hirvió en mis venas, si por mí fuera ya habría metido su estúpida cabezota al retrete.



—Eres patético, deberías aceptar que ya te sacó de su vida.

—Un mes es poco tiempo para que me haya olvidado ¿No crees? Podrá intentar distraerse saliendo con personas… —Comentó barriéndome con la mirada en clara señal  de menosprecio. —…pero eso no cambiará su sentir.

— ¿En serio? Pues no parece recordar siquiera tu nombre cuando está retorciéndose bajo mi cuerpo.



Uhh… ¡Mierda! No quise decir eso, mi comentario estuvo fuera de lugar y por la sonrisa torcida de Yoochun es obvio que le complace, haya caído en su juego. Es que simplemente no pude soportarlo, Junsu es mío ahora. ¡Mío!.



—El amor  y el deseo no siempre recorren el mismo sendero, pequeño Changmin, creí que ya lo sabías. —Susurró lentamente, como si fuera estúpido. —O ¿Acaso ya te ha dicho que te ama?



Golpe bajo, y lo peor es que no pude disimular esta vez, seguro leyó claramente en mi rostro la respuesta.



—Susu es un hombre sumamente dulce y tierno. Hay algo que tengo muy presente en mis recuerdos. —Suspiró exageradamente y clavó maliciosamente su mirada en mí. —Una noche, estando yo en su cálido y acogedor interior, escondió el rostro en mi pecho y entre jadeos temblorosos susurró “Te amo, Chunnie… Eres todo lo que necesito, lo único que quiero”. Por eso no temo, sé que volverá a mí cuando se cansé  de ti. Ahora si me disculpas, debo irme, tengo cosas que hacer.



Salió antes de que pudiera decir algo al respecto, extrañamente mi instinto asesino fue menguando hasta que se extinguió cuando escuché sus palabras. Todo se fue, el coraje, la frustración, la tristeza. Simple y llanamente no siento nada, sólo un enorme vacío. Me di la vuelta para continuar con lo que estaba haciendo pero antes necesito unos segundos, por alguna razón el aire no entra adecuadamente a mis pulmones.  No me atreví a mirarme al espejo, en lugar de eso agaché la cabeza sobre el lavamanos y aclaré mi garganta al mismo tiempo que apoyaba mis manos en la superficie. Una pequeña gota de agua cayó sobre el azulejo, luego unas más. Ha de ser de mi cabello, no me di cuenta en qué momento lo mojé mientras me humedecía la cara, soy tan despistado. Si… tiene que ser el maldito cabello. Pensándolo bien aún siento algo… Dolor. Cómo duele.





Ocho horas después



El día ha terminado y no tuve la oportunidad de volver a hablar con Joong, hasta su celular está apagado, vale mierda, ya que. Intentaré marcarle más tarde y de ser necesario iré a su departamento aunque esté Yunho ahí.

A pesar de las emociones confusas  y esa sensación de estómago revuelto que aún tengo después del encuentro con Yoochun, una enorme sonrisa se dibujó en mis labios al ver a Junsu a lo lejos, hoy no había podido verlo en todo el día y joder, cómo me hace falta ahora, sonará estúpido pero necesito que me abrace, me bese y diga que todo estará bien. Caminé hacía él y cuando me acerqué un poco más, noté que está hablando por teléfono. Parece un poco tenso, me pregunto con quién habla. Lamentablemente no pude enterarme porque antes de que pudiera llegar a su lado, colgó y se recargó pesadamente contra la pared. Cuando escuchó mis pisadas, volteó en mi dirección e inmediatamente una expresión de susto y culpabilidad se asentó en sus facciones.



—C..changmin… Creí que ya no estabas aquí.

—Qué cálido recibimiento. —Comenté secamente. —Hoy me quedé tiempo extra adelantando unos pendientes para poder pasar el resto de la tarde contigo.

—Oh… Eso… —Mordió nerviosamente su labio inferior y desvió la vista. —Tengo algo que hacer antes de ir a casa…  pero espérame en tu departamento, llevaré la cena ¿Si?



Asentí con calma, hoy fue un día bastante pesado y agotador, no tengo fuerza para oponerme o para interrogarlo, nuevamente me está evitando pero tal vez también necesito tiempo para pensar a solas.



—Está bien, nos vemos al rato.



Junsu pareció un tanto extrañado porque no le pregunté qué va a hacer, o tal vez porque no intenté retenerlo a mi lado pero no comentó nada más. Dejé un pequeño beso en su frente y luego me di la vuelta para irme.



—E…espera… —Susurró tomándome del brazo y yo me viré para verlo. —¿Estás bien?

—Lo estoy. ¿Por qué la pregunta?

—Pues… es que…no me besaste en la boca… tú… —Bajó la vista un tanto avergonzado. —siempre lo haces.



No me pones las cosas fáciles, maldito nalgón. ¿Qué haré si te pierdo? ¿Ah? Estaré jodido. Alcé los brazos para enmarcar su rostro entre mis manos y aplasté mis labios contra los suyos en una caricia intensa pero no profunda ya que ni siquiera busqué besarlo vorazmente. Por favor, Junsu, siente mi amor en este beso y corresponde mis sentimientos.



—¿Así está mejor?  —Cuestioné muy bajo, rozando ambas bocas al hablarle.

—Si… Mucho mejor…



Sonrió ampliamente y después de volver a dejar un corto beso en mis labios, tomó distancia.



—Me voy, se me hace tarde y quiero acabar pronto con esto para ir contigo.



No esperó mi respuesta, simplemente se echó a correr y yo lo observé detenidamente hasta que desapareció de mi vista.



—Te estaré esperando. —Susurré aunque él ya no puede oírme.



Una vez que llegué a casa, estuve perdiendo el tiempo en infinidad de cosas y actividades, salí a correr, aproveché para ir de compras, me puse a cocinar al volver, lo que sea para evitar recordar las palabras de Jaejoong, las de Yoochun, el comportamiento de Junsu ¡Ah! Bufé y miré el reloj de mi muñeca. ¡Son las 10 de la noche! ¿En qué momento se hizo tan tarde? y ¿Por qué Kim no llega aún?  Él dijo que cenaríamos juntos. ¿Estará bien? No quiero ser quien lo busque primero otra vez. Ese potón me deja sin orgullo, aunque la ocasión en que fui  a su casa y trepé por el balcón (Que no fue un logro fácil), pareció realmente feliz de verme, tal vez podría darle otra sorpresa, bueno dos sorpresas, hablando de eso. ¿Dónde se metió el chucho?

Cómo si lo hubiera invocado con el pensamiento, una pequeña bolita de pelos blanca con un lacito rosa en el cuello, salió de alguna de las habitaciones de la planta baja. Tiene algo en su pequeño hociquito ¡Joder! Es la corbata que me regaló Junsu el cumpleaños pasado.



— ¡Hey! Suelta eso.



Al escucha mi voz, el cachorro me volteó a ver ligeramente sobresaltado y apretó más la corbata que tiene entre los dientes, luego echó a correr alterado y yo lo perseguí. Para ser un pequeño e inofensivo chucho, debo admitir que tiene buena condición física pero después de varias vueltas logré atraparlo. Teniéndolo entre las manos, extendí los brazos y lo sostuve como Rafiki a Simba en la película del Rey León (Si, amo las películas animadas) y lo miré reprobatoriamente, obvio es difícil hacerlo con esa bolita de pelos retorciéndose de un modo encantador y tierno.



—Esa corbata es mía, me la regaló tu futuro dueño y si no me la das ahora mismo, plañirás.



El cachorro siguió removiéndose sin soltar la prenda, parece feliz de estar a esa altura. ¡Diablos! Es tan bonito lñldfkdfs. Me asustó un poco la forma en que se contorsionaba y lo acuné contra mi pecho, no se me vaya a caer. El pequeño de inmediato soltó la corbata para empezar a babearme el rostro y no pude reprimir una risa profunda.



—Bien, bien… No es necesario esto, te perdono.



Me incliné para recoger la prenda y la examiné atentamente. Es horrible, en verdad, Junsu tiene un pésimo gusto en corbatas  y para colmo año tras año me regala una, que tengo que usar por lo menos una vez al mes para no hacerlo sentir mal. ¿Por qué me regala corbatas? Porque sabe que las amo ¿Por qué las amo? Porque soy pésimo haciendo nudos y mi ángel es el que siempre me las anda acomodando, es algo muy íntimo, muy nuestro. Desde que iniciamos a usar corbatas en el colegio debido al uniforme, Junsu siempre se ha dedicado a ponérmelas. Adoro su ceño fruncido en concentración, sus dedos suaves acariciando efímeramente la piel de mi cuello, y sobre todo, esa hermosa sonrisa que me regala cada vez que termina. Con una atención tan perfecta ¿Quién diablos se esforzaría en aprender por su cuenta. Maldición, quiero verlo.



—¿Qué dices, pequeño? ¿Que quieres ir con tu dueño? Entiendo pero no puedo echar mi orgullo por la borda..  —El perrito sólo me miraba fijamente y volví a reír por lo loco que puedo parecer en este momento, aún así continué —Si, también sé que estará muy feliz de tenerte, siempre ha querido un pomerania como tú ¿Sabes? Pero… ¿Qué? ¿Cómo que “pero nada”? Eres un chucho muy irrespetuoso. —El can ladró varias veces y yo formé con mis labios una perfecta “O” en señal de sorpresa. —¿Con esa boquita comes? Eres igual de lépero que Junsu ¡Bien! Tú ganas por esta vez, vamos con el potón, pero que conste que sólo es porque me estás obligando.



Dejé al cachorro en el sillón y me coloqué la chaqueta. Antes de arrepentirme, tomé las llaves del coche y resguarde a la bolita de pelos en mi pecho para que no sienta el frío de la noche tan fuerte. Ya en el vehículo, lo acomodé en el asiento del copiloto y después de colocarme el cinturón, me dirigí hacía la casa de Junsu, cuidando en todo momento de reojo al chucho para que no se me fuera a caer. El recorrido fue bastante rápido, vivimos relativamente cerca el uno del otro. Estacioné el choche una cuadra antes del departamento de Junsu para que no lo alerte el ruido y bajé después de tomar a la bolita de pelos. Estaba distraído, emocionado, ilusionado, por eso no vi que había otro coche estacionado frente a su casa. Si lo hubiese visto, otra cosa habría sido.

Justo antes de tocar, noté que la entrada está semiabierta y fruncí el ceño. Voy a regañarlo ¿Cómo puede ser tan descuidado como para dejarla abierta?  Cualquiera podría ingresar, como yo en este momento… Pero antes de siquiera empujar la puerta, escuché dos voces que me dejaron de piedra por unos segundos.



—No, no te amo más.

—Vamos, Su-su yah… No te engañes.

—T…te digo que no.

— ¿Entonces por qué me pediste que viniera? Sólo déjate llevar por tu sentir.



Un dolor fuerte se asentó en mi pecho al escuchar aquello, como si alguien estrujara con saña entre sus dedos uno de mis órganos internos. Así que le había hablado, deseaba verlo. Junsu quiere estar con Yoochun, no conmigo. Debería irme pero ¡Jodido masoquista que soy! No contuve el impulso y entré con cuidado. Me quedé congelado en el umbral ante la escena que está frente a mis ojos. Junsu se halla boca arriba, con las piernas separadas y Yoochun se encuentra entre ellas, cerniéndose sobre su cuerpo poco a poco ¡Está a punto de besarlo! Y pesar de que Junsu tiene el rostro volteado hacía otro lodo, es claro su nerviosismo, tal vez hasta expectación. No sé bien que hacer, mis piernas no se mueven. Fue hasta que el pequeño cachorro ladró, que reaccioné.

Ante ese sonido, Junsu de inmediato volteó y al vislumbrarme de pie en el umbral de su casa, empujó con fuerza a Yoochun, haciendo que éste cayera del sofá pero es demasiado tarde, ya vi todo.



—Cha…changmin…yo.. p…puedo.. déjame…

—Buenas noches, Junsu. —Mierda. Soy buenazo, no sé cómo logro hablar sin que me tiemble la voz. —Yoochun.

—¡Hey! Changmin ah —Me saludó naturalmente el frentón, con una enorme sonrisa en sus labios. — ¿Qué te trae por aquí?

—Changmin… Yoochun sólo estaba… yo iba a ir a verte pero…

—Te traje esto. —Comenté con total calma, interrumpiendo su balbuceo. Siento que en cualquier momento las piernas dejaran de sostenerme pero aún así me acerqué a él y coloqué el cachorro sobre su abdomen. —Lo prometido es deuda, ponle un nombre bonito.



Junsu miró por unos segundos el hermoso cachorro, seguramente recordando aquella ocasión en que le prometí, le compraría uno. Me di la vuelta para irme y un pequeño estremecimiento recorrió mi cuerpo cuando Kim sujetó mi mano.



—Changmin… no te vayas.. Déjame expl…

—Linda noche, nos vemos mañana en el trabajo. —Me solté de su agarre sin ser brusco. A pesar de que quiero patear al estúpido que está en el suelo hasta matarlo y dejar sus tripas dispersas por todo el lugar, me contuve y sólo realicé un asentimiento en señal de despedida. —Yoochun.



Por segunda vez Junsu mencionó mi nombre pero hice caso omiso de su voz temblorosa llamarme. Saliendo de su departamento el frío de la noche azotó mi rostro, lo que más deseo es simplemente echar a correr, hasta que me duelan las piernas, hasta que me arda el pecho, hasta que deje de sentir este punzante dolor que me carcome lenta y tortuosamente. En lugar de correr, caminé tranquilamente hacía mi coche, aunque me detuve abruptamente cuando el cuerpo de Junsu se colocó frente al mío.



—Changmin… —Musitó sin intentar retener las lagrimas que comenzaban a mojar sus tersas  mejillas. —No… Dios, lo estás malinterpretando.

—Yo diría que lo estoy interpretando muy bien, Junsu.

—No es así… ¡Mierda! No te vayas, déjame explicarte…. Por favor…

—No hay nada que explicar. Fue divertido pero… en realidad nunca pensé que sería eterno.



Junsu negó con la cabeza y comenzó a sollozar. ¡Carajo! Sabe que eso puede conmigo, justo ahora quisiera hacer lo mismo que él pero mi bendito orgullo me impide caer tan bajo. No le daré lastima, no lo haré sentir peor. El amor tan inmenso que le tengo me impide estar enojado, sólo estoy… decepcionado, deshecho… Pero no es su culpa, en el fondo sabía que siempre estaré en segundo lugar en su vida y eso no cambiará.



—No llores, bobo… No soporto verte así. —Por costumbre, estiré el brazo para limpiar una lágrima errante que bajaba hasta sus dulces labios. —Sé feliz, Junsu, eso es lo único que importa.

—¡No me salgas con esas chingaderas! —Exclamó repentinamente y alejó mis dedos con un manotazo. —Dime otra cosa, no te portes lindo…deberías reclamarme, pedir explicaciones. ¡Joder!

—Soy nadie para hacer eso, son tus decisiones, tu vida. El hecho de que folláramos no significa que tenga el derecho de pedirte explicaciones o reclamar.



Junsu retrocedió como si lo hubiese golpeado y sonrió sin humor, mirándome fijamente.



—Así que… fue eso… ¿Sólo follábamos?



¿Qué mierda desea que le conteste? ¿Que lo amo? Jamás, estoy lo suficientemente hundido ¿Qué más quiere de mí?



—Lo dejamos claro desde el principio.

 —Por supuesto. —La expresión triste y desesperada fue reemplazada por resignación y vacío, el mismo vacío que se refleja en mi rostro. —Ya me di cuenta que no te importa, corrección, no te importo.

 — ¿A dónde quieres llegar, Junsu? Yo… no puedo. No sé en qué momento pasé a ser el villano del cuento pero estoy sin fuerza, cansado. Me voy.

—Changmin… por favor… —Suplicó tomando mi brazo. —No termines esto, no me dejes…

—Tú lo terminaste, Junsu.



Murmuré aquello sin emoción alguna y volví a tomar distancia, esta vez no me siguió cuando caminé hacia el carro, ni al abrir la puerta, mucho menos cuando entré y encendí el motor, pero cuando estuve a punto de arrancar, se acercó y tocó el cristal de la ventana hasta que lo bajé.



—Sé que fui quien se equivocó, pero estoy tratando de solucionar las cosas y a ti simplemente no te interesa. —Soltó una carcajada seca. —Creo que hasta te convino ¿No? Así me botas alegando que soy yo el culpable de todo. Bien… Vete, puede que intente buscarte, puede que no. Puede que cuando quieras hablar acceda porque soy patético, puede que no porque podría descubrir mi pisoteado orgullo.



Terminando de hablar, caminó de regreso a su departamento con pasos inestables y lentos. Por un momento me vi tentado a bajar del auto e ir hacía él para abrazarlo, besarlo, decirle lo mucho que lo amo, suplicarle que se mantenga a mi lado siempre. Luego recordé que en su casa aún está Yoochun, probablemente dispuesto a consolarlo. Junsu no me ama, no me quiere a su lado, simplemente está confundido y probablemente hasta me tiene lastima en este momento. Creo que podré sobrevivir a esto, pero si voy a él ahora y más adelante me deja, estaré perdido.

Apreté los ojos y finalmente, presioné el acelerador, alejándome de esa persona que tanta felicidad me ha brindado y a la vez, me ha lastimado como ninguna otra. En la soledad de mi vehículo, por fin dejé que las gotas saladas que se mantenían en mis ojos, resbalaran por mi rostro, no intentaré ponerles otro nombre está vez, sé lo que son y sé qué las causa. Con que así se siente tener el corazón roto, tal vez llorar ayude a liberarme de este peso tan aplastante que me está matando. Basta ya de ser el paño de lágrimas de Su, basta ya de ser su amante ocasional. Esto es lo mejor…Si. Adiós Junsu.



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Estoy a dos capítulos de terminar este fic y aún no tengo el último... ¡OMGSUN! Espero que pronto venga la inspiración. Esta ocasión no tengo mucho que decir, sólo que espero, les guste el cap.  Tengan linda semana y gracias por sus comentarios <3 
Una pregunta. ¿Que tanto les gusta el mpreg? Creo que muchas lo aman y si es así, escribiré uno para celebrar los 1000 comentarios del blog TT... Ah, aún falta pero no tanto. O escríbanme ¿Sobre qué les gustaría que escribiera y con qué parejas? Por ustedes hasta me aviento de nuevo algo paranormal aunque muera en el intento, estoy para complacerlas~ -Inserte aquí expresión de pedobear (?)-