Capitulo 3

— ¿Cómo está Yoochun? —Fue la primera pregunta de su hermano mayor cuando fue a visitarlo. —Yunho me comentó que pasarías a verlo antes de venir aquí.

—Esta como si nada hubiese pasado.

Pues a pesar de que tan sólo tres días atrás Changmin había provocado que se desmayara debido a la falta de oxigeno, el pelinegro se encontraba bien, como si ese enfrentamiento no hubiese tenido lugar, eso sí… Se había portado bastante cortante con él, Junsu no podía culparlo, era normal después de lo que había pasado.

—Me alegra saberlo, ahora cuéntame todo.

—No hay que contar.

—SuSu. Te conozco, no me vengas con…

—En ese caso lo mismo va para ti JaeJae ¿Qué está ocurriendo? Esta mañana Yunho…

—No quiero hablar de eso ahora. —Lo interrumpió su hermano de inmediato. —Te diré lo que quieras pero primero contéstame ¿Qué está ocurriendo con Yoochun y Changmin?

—Bueno… No sé bien pero…

—No está bien jugar Junsu.

— ¡Yo no estoy jugando!

— ¿Por qué diablos Changmin atacó a Yoochun hace un par de días?

— ¡Yo que sé! El tío está loco y…

— ¿Por qué lo seguiste?

— ¡Porque también estoy loco! —Mencionó el menor algo exaltado, se sentía atacado.

—Junsu…

—Jaejoong…

  

— ¡Basta! —Exclamó el rubio perdiendo la paciencia. —Si no me dices lo que ocurre, no podré ayudarte y explicarte muchas cosas.

— ¡Aghh! Es que ni yo sé bien lo que pasa Jae, solo sé que Changmin… Despierta algo en mi, algo que creí que tal vez también podía provocar Yoochun pero no fue así, en ningún momento quise jugar, Chunnie me agrada…  —Murmuró el pelirrojo bajando la vista avergonzado, siempre había hablado con su hermano de chicas, el problema no era que ahora estaba hablando de chicos, en realidad no lo veía tan extraño, el problema era que esta vez se sentía más vulnerable que nunca, anteriormente jamás había experimentado algo como lo que sentía en ese momento. Ese deseo y necesidad voraz por el castaño lo asustaban. — Pero ya descubrí que no se compara con lo que siento por Changmin, no puedo dejar de pensar en él pero ni siquiera es en plan romántico. ¡No! Sino en…

—Sexo. Entiendo, ahora dime ¿Qué dice tu felina cuando él está cerca?

—Dice que… Que es nuestro, y otras cosas que no pienso repetir ¡Ella esta demente!

<< ¡Ey! Escuche eso >>

<<Ese era el punto>>

—No más que la mía querido.

<< Grr >>

<< Uy, que amenazante >>

—Jae. ¿Qué esta ocurriéndome? Esto me asusta, no es normal, nunca había sentido este… Deseo incontrolable por otra persona, además debo admitir algo, cuando Changmin llegó con esa chica a la reunión yo quise… Quise ¡Matarla!

— ¿Seohyun? No tienes que preocuparte por ella, ella se mete con cualquiera que necesite desahogo. —Jaejoong frunció el ceño al pensar en esa tipa que coqueteaba también con su Yunho. —Nadie la toma enserio aquí, además no vi mucho interés en Changmin, él estaba más concentrado en fingir que no le importaba verte con Yoochun.

— ¿Enserio? No parecía, yo más bien diría que son amantes, se notaba que había algo entre ellos por el modo en que se miraban ¡Dios! Solo de recordarlo me dan ganas de ir a la casa de esa tipa y… Y….

—Es normal SuSu. —Dijo Jaejoong sonriendo al ver lo celoso que estaba su hermano. —Hay cosas que tienes que descubrir por ti mismo, solo puedo decirte que por algo sientes esto por Changmin, al principio yo sentía lo mismo por Yunho y venos ahora…

— ¿E-eso quiere decir que Changmin es mi yaku no se qué?

—Yaakhun. Yo diría que sí pero no puedo asegurarlo… No soy el indicado para decirte esto pero… Changmin ya tuvo una pareja de vida, su yaakunah, ese es el término para las chicas, ella murió hace un par de años, no sé la historia, no he querido preguntar. El punto es que Yunho una vez me dijo que todos tenemos a nuestra otra mitad, aquí en Balam…

— ¿Balam? —Cuestionó el pelirrojo confundido.

—Es el nombre de este asentamiento, hay otro vecino y se llama Pangui, pero primero lo primero, aquí se creé en la reencarnación, Yunnie dice que si no es en esta vida, fue o será en otra pero siempre nos encontramos con esa otra mitad, nuestro compañero de vida. No sé si sea posible emparejarse dos veces, es muy extraño que Changmin ya haya tenido a su yaakunah y aún así tu felina diga que es suyo.

  

— ¿Podría equivocarse mi felina?

<< ¡Jamás! Soy infalible >>

                    

— ¿Te gustaría que lo hiciera?

—Yo… ¡S-si! ¡Ese sujeto es un patán! Siempre insultándome y luego besándome y luego rechazándome…

— ¿Ya follaron?

— ¡Jaejoong! N-no pienso contestar a eso. —Balbuceó Junsu sintiendo el calor cubrir sus mejillas.

— ¿Eso es un sí?

— ¡Aghh! ¡Noooo! ¡Ni lo haremos! Changmin es un maldito cobarde, grosero ¡Lo odio! 

—Oh SuSu… Te hemos perdido.

— ¿De qué hablas?

—Ya lo entenderás, así como no puedes resistirte a él, él tampoco a ti. Es cuestión de tiempo.

— ¿Tiempo?

—Para que deje de resistirse y te dé tan duro que olvidaras que alguna vez fuiste heterosexual.

— ¡Jaejoong!

—Yunho era igual, él negaba lo nuestro porque tenía responsabilidades de alfa donde yo no figuraba, larga historia… Total que terminó por mandar a la mierda esos deberes por mí. —El rubio sonrió entre soñador y nostálgico al recordar un poco el pasado. —Changmin no tiene responsabilidades pero el recuerdo de su yaakunah lo atormenta, debes ser paciente.

—N-no sé de que hablas, yo no quiero…

—No mientas, puedo verlo en tus ojos, patán, cobarde y todo lo que quieras pero te gusta.

Junsu bufó audiblemente. ¿A quién engañaba? Claro que le gustaba ¿Cómo no? Changmin lo hacía temblar de ansiedad y nervios con solo dirigir su vista hacía él pero no quería ser plato de segunda mesa o un amante, él iba enserio en sus relaciones y seguro que el castaño era lo que menos deseaba, solo quería tirárselo, eso era obvio.

—Suficiente, no hablemos más de mi ¿Qué hay de ti, Jae? Ya respondí yo a tus preguntas, ahora te toca.

Su hermano desvió la vista y Junsu suspiró con suavidad, tomó una de las manos del rubio entre las suyas, tratando de animarlo a hablar. Ahora estaba más preocupado que nunca, Yunho había ido a buscarlo esa mañana para pedirle de favor que hablara con su Jae porque éste  no le quería contar lo que ocurría y él estaba desesperado.

—Oh Junsu…

Y sin más las lágrimas de su hermano comenzaron a escapar de sus hermosos ojos, Junsu jamás había visto así a Jaejoong, tal vez ni cuando sus padres murieron, parecía totalmente derrotado y perdido.

—Jaejoong, me estas asustando ¿Qué sucede?

—Yo… Yo no sé. T-tengo tanto miedo… Estos últimos d-días, me he sentido mal… Tan mal… N-no tengo hambre, no puedo dormir, me siento débil… Junsu… Hoy…Hoy no me pude levantar, s-siento mis extremidades pesadas. ¡Joder! Me conoces, odio estar en c-cama y mírame ahora...

Su hermano comenzó a sollozar, era clara la angustia que estaba sintiendo, él mismo se sentía aterrado, eso no era normal, no podía ser normal.

—Jae… Hermanito, calma. —Susurró Junsu tratando de no ponerse a llorar también, eso no sería de ayuda. — ¿Has platicado de esto con Yunho?

— ¡No! ¡Mierda! ¿Cómo decirle que… que… creo que m-me estoy m-muriendo?

—No digas eso, no es así… Debes ir al doctor, debes decirle a tu pareja.

—Junsu… Hay cosas que son inevitables. —El rubio inhaló y exhaló tratando de tranquilizarse, había algo que tenía que decir. —Escucha, la madre de Yunho murió hace tiempo, primero fue su cambio de humor, luego d-dejo de comer… Pronto estuvo en cama, vinieron los ataques de fiebre incontrolable hasta que… Hasta que murió. Nunca se supo lo que tuvo, ella y el padre de Yunho decidieron que no irían a un medico por la especie, para no ponerla en peligro y…

— ¡Joder! Eso es una estupidez, ahora escúchame tú a mi Jaejoong…

— ¡Junsu! Jamás te había escuchado decir una mala palabra —El rubio trató de sonreír y luego negó con la cabeza. —No es una tontería, ahora lo entiendo. ¿Qué tal si esta enfermedad es solo de cambia formas? El deber de un alfa es cuidar de los suyos. —Cada vez Jaejoong hablaba más tranquilo y resignado, Junsu prefería verlo desesperado y llorando, tenía un mal presentimiento ante esa repentina firmeza. —Si Yunho se entera… Sé qué querrá que alguien me revise, no le importará poner a la especie en peligro por mí, no puedo permitirlo…

—P-pero JaeJae…

—Pero nada, SuSu. Es lo correcto. ¡Maldita sea! Tan solo… Tan solo me duele dejarlo ¿Sabes? Fuimos felices tan poco tiempo.

— ¡Maldición! Deja de hablar así ¡No vas a morir! ¿Me escuchas? 

Su hermano solo bajó la vista mientras secaba sus lágrimas, no dijo más. El pelirrojo sentía un nudo en el estómago, quería llorar, quería abrazarse a Jae y pedirle que le dijera que todo iba a estar bien, como cuando eran niños… Pero no podía, ahora a él le tocaba ser el fuerte.

—Jae…

— ¡Shhh! —Con una velocidad increíble Jaejoong se acercó a su hermano y cubrió su boca. Colocó sus labios casi sobre la oreja del menor y susurró lo más bajo que pudo. —Yunho está lo suficientemente cerca como para oír, no digas nada… Por favor.

 — ¿Cómo?

—Junsu… —Jaejoong volvió a usar un tono de voz normal. —Los cambia formas tenemos un oído bastante desarrollado, aunque en eso tiene que ver el linaje según me ha dicho Yun, supongo que nuestros padres lo tenían.

— ¿Nuestros padres eran cambia formas también?

—Creemos que si, por algo nosotros lo somos… Pero no me preguntes más porque desconozco aún muchas cosas del pasado de nuestros padres, sospecho que vivían aquí pero no sé porque huyeron, lo único que se me ocurre es que fue por una amenaza o algo así.

— ¿Qué amenaza? ¿No hay alguien que pueda hablarnos de ellos aquí?

— ¿Acaso no lo has notado? Yun, Chun y Min tal vez sean los mayores de edad aquí, a la muerte del Alfa Jung padre, muchos se resintieron con Yunho, también es otra historia… El punto es que la mayoría de los veteranos de aquí se fueron a Pangui, he pensando en ir allá para investigar pero Yunnie no me deja, no confía en el Alfa de Pangui, en realidad yo tampoco, han pasado muchas cosas que nos hacen desconfiar de él.

—Jae… Creo que la abuela…

— ¡Exacto! Pienso lo mismo, ella sabe algo, quiero ir a buscarla después de tu cambio si es que..

La mirada de su hermano volvió a ensombrecerse, sabía lo que el otro había dejado inconcluso… “Si es que aún sigo vivo”

—S-si bueno, sigue con lo del oído… —Pidió Junsu tratando de olvidar lo hablado acerca de la salud de su hermano.

—Claro, estoy seguro que pronto ese sentido también estará más perfeccionado en ti conforme el cambio esté más cerca, otra cosa… ¿Qué tan cachondo te sientes normalmente?

—Tú siempre tan directo. —Susurró Junsu resignado. —Bastante, sobre todo por las noches.

Si Yunho estaba cerca como para oírlos no iba a mencionar que se masturbaba todas las noches con cierto sujeto alto y amargado en sus pensamientos.

—Mmm… Eso significa que el cambio está cada vez más próximo.  

Junsu asintió torpemente, aún no entendía muchas cosas pero lo único que tenía en la cabeza en ese momento era lo que había estado platicando acerca de la salud de Jae. A partir de ese momento la conversación pasó a ser bastante casual pero el pelirrojo no dejaba de pensar en que Yunho merecía saber lo que ocurría con Jaejoong.

Pasaron un par de minutos y se escuchó el ruido de la puerta en la planta baja, otros segundos después entró Yunho a la habitación, se veía imponente y tan apuesto que Junsu no podía dejar de admirarlo, objetivamente.

<< ¡Grr!>>

Jaejoong apretó la mandíbula al notar el modo en que su hermano menor admiraba a su pareja,  tan apreciativo. ¡No le gustaba! Pero no pensaba decir algo al respecto, no cuando se suponía que estaba tratando de alejar a Yunho, así que mantuvo su expresión calmada y tranquila en todo momento.

— ¡Ey! Con que aún sigues aquí —Comentó Yunho mientras dejaba un par de palmadas en la espalda de Junsu. —Está comenzando a oscurecer…

El pelirrojo parpadeó sorprendido y miro por la ventana ¡Era verdad! Había llegado a casa de su hermano pasando el medio día, el tiempo volaba.

— ¡Oh! Debería de irme… En otra ocasión vendré a visitarlos, gracias por la invitación Yunho.

—No hay de que Junsu, esta es tu casa, puedes venir cuando gustes.

Los ojos del moreno estaban llenos de preguntas y dudas que Junsu no podía contestar, ni en ese momento ni después. Se lo había prometido a su hermano, el nudo en su garganta por lo platicado anteriormente aún estaba ahogándolo. Se sentía mal, solo quería llegar a su casa provisional y descansar.

—Te tomaré la palabra entonces, volveré un día de estos.

Forzó una sonrisa en sus labios y se acercó a dejar un beso en la mejilla de su hermano para después caminar fuera de la habitación, bajo las escaleras velozmente y salió por la puerta, el aire fresco que lo azotó aclaró un poco su cabeza, no podía llorar, ya había notado el oído agudo de su hermano y de su pareja. ¡Debía ser fuerte! ¿Y si mejor se adentraba en la selva para desahogarse? Mala ida, podría ser atacado por los animales salvajes… No sabía qué hacer, lo único que daba vueltas en su cabeza era “Jaejoong puede morir” Jae… El hermano que lo cuidó como si fuera su madre, que siempre lo protegió, su confidente, su familia… Comenzó a caminar sin rumbo fijo, ni siquiera estaba seguro de si se dirigía a su casa.

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Se sentía inquieto, la expresión en el rostro de Junsu no le había gustado, el chico no podía esconder sus sentimientos, era un libro abierto como su Jaejoong que intentaba ocultarle cosas pero aún podía leerlo. ¡Joder! Sabía que aún lo amaba, sus ojos se lo decían, a pesar de que a veces el otro lo hacía dudar un poco con su comportamiento. Lo que en verdad le molestaba era que su yaakhun no confiaba en él, no le decía lo que estaba sucediendo y eso lo mataba poco a poco, él mismo se había estado portando cortante con el hombre más pequeño para que viera lo que se sentía pero no era capaz de continuar con eso, Jaejoong era su todo, odiaba ignorarlo.

— ¿Cómo estas, cariño?

Cuestionó el moreno acercándose a dejar un beso en la mejilla de su pareja pero éste lo evadió cubriéndose con la manta y acurrucándose en la cama.

—Estoy bien, tengo sueño Yunho. Dormiré ahora.

El moreno suspiró, se sentía mentalmente agotado, cansado de andar rogándole a su rubio que le contara lo que estaba ocurriendo. No lo haría más. Si Jaejoong quería que se alejara… Lo haría aunque se le partiera el alma. Sin decir más, tomó solo una frazada y su almohada para después bajar a la planta inferior, no pensaba continuar compartiendo cama con el menor, de todos modos Jae dormía lo más alejado que podía de él. El menor no hizo intento alguno de detenerlo, eso oprimía su corazón.

Una vez que llegó al sofá se acostó y miró el techo… Recordaba una ocasión en que habían peleado, ni siquiera recordaba porque,  suponía que una tontería, ellos solían pelear por todo… Ese día también había bajado a dormir al sofá y a media noche había escuchado los pasos del rubio en las escaleras, Jaejoong había llegado a su lado y… Una sonrisa se formó en sus labios al recordar las palabras de su pareja… “Mi gata te necesita… Y…. ¡Aún estoy enojado!”  Yunho no había dudado en aprisionarlo entre sus brazos para besar esos labios rosados, tan llenos y apetitosos. Esa noche habían hecho el amor más veces de las que podía contar, era una gran ventaja de no ser “humanos” era fácil reponerse de los orgasmos. Su visión comenzaba a ser borrosa y se cubrió el rostro con el antebrazo derecho, dolía… Dolía tanto vivir solo del pasado. Si tan solo supiera lo que le ocurría a Jaejoong. Se mordió el labio inferior, tratando de calmarse y en ese momento fue consciente de que la temperatura había disminuido y estaba más húmedo de lo normal. ¡Genial! Una tormenta.

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No sabía cuánto tiempo había pasado, sólo estaba seguro de que ya había recorrido el mismo camino un par de veces. Estaba lloviendo a cantaros y él se encontraba empapado de pies a cabeza, con esa tormenta no había un alma fuera de su casa, solo estaba él, caminando sin rumbo fijo… Se sentía perdido y solo… Necesitaba hablar con alguien, Changmin fue el primero que cruzó su mente pero a ese idiota no le importaría saber si él estaba bien o mal, únicamente deseaba follarlo y después abandonarlo sin mirar atrás… Tal vez debería ir a buscar a Yoochun, era su único amigo a pesar de que las cosas no estaban tan bien entre ellos en ese momento.

Decidido, dirigió sus pasos hacía la casa de Yoochun pero se detuvo al escuchar algo frente a una de las viviendas, se quedó estático, su corazón latía frenético. Un rayo iluminó todo el cielo unos momentos antes de que se escuchara el estruendoso ruido de éste, después de eso vino un momento de silencio extremo, la tormenta menguó por unos segundos y volvió a escuchar ese ruido, un fuerte gemido… Un gemido de placer. Jaejoong le había platicado que su oído mejoraría mientras más se acercara al cambio y al parecer si estaba próximo, estaba seguro que en otro momento no habría escuchado eso.

Sabía a quién pertenecía esa casa, era un lugar pequeño como para no saberlo, pertenecía a Seohyung… La… La amante de Changmin. Otro gemido más agudo se escuchó en la repentina quietud de la noche y luego volvió a precipitarse la lluvia pero Junsu no sentía las gotas caer en su cuerpo, lo único que sentía era un repentino peso sobre su  pecho, oprimiéndolo con tal fuerza que no podía respirar bien, el sólo hecho de pensar en Changmin entre los brazos de esa mujer provocó que aquellas lagrimas que había estado conteniendo resbalaran por su rostro, sus labios temblaban, su cuerpo se estremecía y pequeños sollozos escapaban de su boca mientras continuaba de pie frente a esa casa, no podía moverse.

—Junsu…

El pelirrojo volteó bruscamente hacía la dirección de donde venía esa voz, su imaginación debía estarle jugando una mala broma pero ¡No! Ahí estaba Changmin, parado a unos cuantos metros de distancia, igual de empapado por la lluvia que él.

—Chan…Changmin…

Farfulló el menor, parpadeando desconcertado, sus pies que anteriormente estaban enraizados al suelo, se movieron por si solos, con pasos lentos y torpes hasta que llegó junto al mayor y sin mediar palabra con éste se arrojó a sus brazos, envolviendo estrechamente sus hombros aunque tuvo que colocarse sobre la punta de sus pies para lograrlo, aumentó también la cantidad de lagrimas que emanaban de sus ojos, por un lado el alivio de saber que no era Changmin quien estaba en ese momento con Seohyun, por otro lado la angustia y ese nudo que tenía en la garganta desde que había salido de la casa de su hermano.

Changmin se quedó totalmente congelado cuando sintió los brazos de Junsu alrededor de su cuello, ni siquiera estaba seguro de porque había ido ahí, era como si una fuerza mayor lo llevara a la casa de Seohyun pero estaba totalmente convencido de que no había sido por ella, sino por cierto chico pelirrojo que ahora estaba abrazándolo. Las lágrimas del menor eran su debilidad y no se sentía con mucha fuerza de voluntad esa noche, así que rodeó con los brazos aquella esbelta cintura, disfrutando de ese aroma único del pelirrojo que al parecer la lluvia había agudizado. ¿Por qué Junsu estaba tan destrozado? ¿Tenía que ver con el hecho de que Yoochun estaba follando con Seohyun? ¿Era eso? Un quejido escapó de los labios de Junsu y Changmin se dio cuenta que lo estaba estrechando con demasiada fuerza, inmediatamente aflojó el agarre que mantenía en el cuerpo ajeno. Pensar que el menor estaba llorando por Yoochun lo sacaba de sus casillas.

— ¿Qué es Junsu? ¿Qué ocurre?

El pelirrojo negó con la cabeza y continuó profiriendo silenciosos sollozos contra su camiseta ya empapada, ambos estaban calados hasta los huesos, no podían seguir ahí, el hombre más pequeño podía enfermar.

—Junsu, vamos… Te llevaré a tu casa.

Como el menor no se movía, Changmin bufó con suavidad y le dio la espalda al otro, doblando sus rodillas. Cargar a Junsu de otro modo sería demasiado para su paz mental.

—Sube…

 Prácticamente tuvo que empujarlo hacía su cuerpo, una vez que lo tuvo sobre la espalda, el menor por fin reaccionó y se sostuvo de sus hombros para no caer mientras Changmin lo afirmaba con las manos en sus piernas. Definitivamente había sido mala idea también, esos muslos se acoplaban perfectamente a su cintura y podía sentir el aliento del pelirrojo contra su cuello ¡Maldición!

—Changmin… No me dejes solo esta noche. —Susurró Junsu quedamente sobre la oreja del castaño.

—No lo haré. —Y era la verdad, por lo menos esa noche se rendiría ante el pelirrojo y lo que provocaba en él.

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Cada vez que escuchaba un trueno, el cuerpo de Jaejoong se estremecía y su corazón se apretaba en su pecho. No era por la empatía con Yunho, era más bien porque el moreno le estaba escondiendo sus sentimientos pero él sabía que seguramente la estaba pasando mal.

 <<La estas cagando…>>

<<¿P-pero que otra cosa puedo hacer? Es lo mejor… >>

<<¿Para quién? No deberías hacer esto al hombre que amas. No sé lo que está ocurriendo, tu cuerpo está débil pero yo me siento bien. Pase lo que pase deberías aprovechar el tiempo que estas con tu pareja. Esto es cruel pero… De nada sirven tus sacrificios, si mueres, Yunho no tardará en hacerlo, no podrá seguir sin ti>>

Jaejoong se quedó unos segundos pensativo, tal vez su felina tenía razón, era egoísta pero estar sin Yunho no era vivir. Lo necesitaba, lo amaba con locura, estaba siendo estúpido, en ese momento más que nunca su pareja lo necesitaba.

Se puso de pie, de repente se sentía con más fuerza y aprovechó ese momento para bajar con cuidado las escaleras. Escuchaba el ruido estruendoso de música a alto volumen y al asomar su rostro por detrás del sofá, pudo ver que su yaakhun estaba acostado de lado con los ojos fuertemente cerrados, el sudor perlaba su frente y parte de su nariz, su cuerpo estaba totalmente tenso, los puños cerrados y los labios de su pareja se movían entre temblores, como si el mayor intentara concentrarse en tararear lo que estaba escuchando… En ese momento Jaejoong se sintió como la persona más cruel e imbécil del mundo. Apretó los labios y caminó hasta colocarse frente a su yaakhun, alejó los audífonos negros de los oídos de éste y cuando el más alto abrió los ojos con algo de sorpresa, Jaejoong tragó el nudo de su garganta para poder hablar.

—L-lo s-siento… —Balbuceó ahogando un sollozo. —Yunnie, lo…siento.

Y Jaejoong dejó de ocultar sus sentimientos para poder también sentir los ajenos, inmediatamente fue invadido por el alivio que en ese momento eclipsaba todas las demás emociones ajenas.  Yunho no hizo comentario alguno, solo se incorporó sobre el sofá y atrajo el esbelto cuerpo de su amado, sentándolo sobre sus piernas a la vez que escondía el rostro en el cuello del rubio, de inmediato la tensión y el temor se fueron ¡Odiaba las tormentas! Solo con Jae podía soportarlas, era algo que jamás iba a superar. Hasta ese momento fue consciente de que podía sentir las emociones de su yaakhun… Preocupación y amor eran las más fuertes.

—Joongie… D-dime ¿Qué sucede?

—No Yunnie, por favor… N-no me preguntes justo ahora… Sólo… Sólo abrázame y deja que te reconforte, lo siento…

Yunho alzó el rostro, no quería presionar de más pero si Jaejoong creía que después de eso volvería a permitir que se alejara emocionalmente de él, estaba equivocado. Llevó sus dedos hasta la nuca del menor y lo atrajo hacía si para besarle, Jaejoong no parecía intentar resistirse, al contrario, sus labios se entreabrieron ansiosos y esos delgados dedos se entretejieron en su cabello. Se besaron con suavidad, explorando la boca del otro sin el frenesí que llevaba a la cama para sexo salvaje y sudoroso, se besaron con amor infinito mientras Yunho se recostaba de nuevo en el sofá con el cuerpo de su amado encima y recorría con la punta de sus dedos la columna vertebral a su disposición. Jaejoong sólo se dedicó a gozar de la unión de sus bocas hasta que finalmente el moreno alejó sus labios de los contrarios.

—Te amo, Jaejoong…

Y esperó expectante a que sus palabras fueran repetidas por esa linda boca que estaba algo hinchada debido al beso anterior. Jaejoong pareció dudar un poco antes de hablar pero sus palabras calentaron su corazón e hicieron cantar a su alma.

—T-también te amo, Yunho…—Murmuró el rubio para a continuación recargar surostro contra el pecho del otro hombre. Había extrañado tanto acurrucarse junto al moreno. —Te amo.

Algo soñoliento y agotado, Jae cerró los ojos, fue levemente consciente de que Yunho los cubría a ambos con la manta y dejaba un dulce beso en su frente, después de eso la respiración del más alto se hizo más lenta y pesada también, a pesar de que la tormenta continuaba, Yunho estaba tranquilo ahora y eso lo hacía sentirse bien consigo mismo. Bostezo con suavidad y  por fin permitió que el sueño lo alcanzara.

****************************************************

—Junsu… —Changmin se removió un poco, no sabía si el pelirrojo se había quedado dormido sobre su espalda. —Kanni, despierta…

<<¡¡Ay siii!! Kanni>>

<<Deja ese tono burlón… Sólo… Sólo… ¡Agh! No tengo que darte explicaciones. ¡Jódete!>>

Ni él sabía de dónde había salido ese sobrenombre cariñoso y tan estúpido. Sentía el calor subir a sus mejillas. ¡Mierda! Había olvidado la última vez que se había sonrojado, creyó que había perdido la vergüenza por completo hace mucho.

El menor soltó un suave suspiro soñoliento contra su cuello y Changmin supo que estaba despierto.

—Sujétate bien, voy a trepar y no podré sostener tus piernas.

Una vez que el pelirrojo asintió torpemente y apretó el agarre en sus hombros y cuello, Changmin dejó que las almohadillas de sus palmas y dedos se hicieran visibles y comenzó a escalar por el árbol para llegar a su refugio. A pesar de que el camino había sido más largo, no había querido llevar a Junsu a su casa, había mandado al diablo la razón, solo quería tener al pelirrojo para él un par de horas, hasta que llegara la mañana.

<<No podrás dejarlo ir después>>

<<Lo haré, así debe ser >>

Una vez que llegó a la puerta de aquella pequeña morada, la abrió y llevó directamente al menor hasta su habitación. Podía sentir el movimiento de la cabeza de Junsu ir de izquierda a derecha, al parecer ya estaba totalmente atento.

— ¿D-donde e-estamos? —Preguntó curioso, sus dientes inferiores chocando con los superiores debido al frío.

—En mi casa…

— ¿P-porque me trajiste…a…quí?

— Porque voy a follarte hasta que pidas clemencia. —Respondió Changmin tranquilo, como si hablara del clima.

— ¿S-siempre tienes que…ser tan v-vulgar?

—Es mi principal atractivo Kanni

— ¿Cani?

—Significa pellirrojo.

<<Ajaaaaa>>

—Ohhh. —Sonaba bonito así que a Junsu no le molestaba.

El castaño sentó al pelirrojo sobre el colchón de la cama, sus manos ayudando a que los brazos y piernas de éste último, bastante entumidos ya por el frío, liberaran su cuerpo.  Una vez que fue libre, se acercó al mueble donde guardaba su ropa y sacó una sudadera junto con unos calcetines para el menor, primero debía atenderlo a él y luego se encargaría de sí mismo.

—Desnúdate.

Ordenó el hombre más alto mientras buscaba qué prestarle al pelirrojo para la parte inferior de su cuerpo aparte de la ropa interior, dudaba que sus pantalones le  quedaran. 

—N-no lo haré, no estando tú aquí.

—Entonces muere de hipotermia.

Changmin volteó sólo de reojo al ver al menor cuyos dientes aún castañeaban, su ceño y nariz estaban algo arrugados debido a la inconformidad y resignación. Una sonrisa apareció en sus labios, ahora entendía de donde había salido aquel apodo, Junsu sí que parecía un conejito… Uno blanco, debía ser por la forma de su nariz y el modo en que ésta se movía y fruncía cuando el hombre más pequeño se enojaba, en lugar de verse amenazante, se veía adorable.   

—P-pero no  voltees. —Susurró el menor algo avergonzado al tener que desvestirse frente al otro hombro.

—No puedo prometer eso…

— ¡Changmin!

—No bromeaba Junsu… —Y en pocas zancadas llegó junto al chico que aún estaba sobre la cama, cerniéndose un poco sobre su cuerpo que se inclinó hacia atrás ante su cercanía. —Voy a follarte, toda la noche hasta que  los primeros rayos del sol aparezcan por el horizonte… Obviamente veré y probaré cada recoveco de tu cuerpo desnudo, solo estas retrasando lo inevitable.

Y después de decir aquello dejó la ropa a un costado del menor y se envaró para ir hacía el mueble nuevamente, se sacó la camiseta que tenía encima y ante la mirada atónita de Junsu, también los jeans con todo y ropa interior. El pelirrojo pudo ver perfectamente aquel culo desnudo antes de que el mayor se colocara otro boxer encima. Changmin volteó a verlo con una sonrisa prepotente y orgullosa, sabía que lo había estado viendo, las gotas de agua caían de su cabello a su pecho… Tan sexy y tentador. Junsu tuvo que humedecer sus labios con la lengua, de repente los sentía demasiado secos, no era la primera vez que veía a un hombre desnudo pero si la primera vez que un hombre desnudo despertaba su deseo.

<<Quiero un poco de eso… Grr >>

El pelirrojo trató de ignorar la voz de su felina y desvió la vista para no continuar devorando al mayor con la vista. Changmin tomó un pantalón de chándal y una camiseta antes de caminar hacia la puerta de la habitación.

—Tienes escasamente dos minutos, date prisa.

Con esa “advertencia” salió y fue al baño para tomar una toalla del estante, secó con rapidez su cuerpo y cabello  y se colocó el pantalón, la tormenta ya se había detenido y la temperatura comenzaba a normalizarse, por lo tanto no tardaba en hacer más y más calor. Tomó otra toalla y volvió a la habitación, una sonrisa entre burlona y decepcionada apareció en su boca al ver que el otro estaba vestido. La sudadera le quedaba grande, seguramente de pie tapaba su espectacular trasero.

— ¿Con que secaste tu cuerpo?

—Con el pantalón que no use.

— ¿Por qué no te lo pusiste?

—No tengo frío, además me quedaba muy grande.

— ¿Me estas llamando gordo?

— Te estoy llamando anormalmente alto.

—Bueno… Por lo menos me facilitaras la tarea de desvestirte. —Notó que el menor iba a abrir la boca para hablar así que se precipitó hacía él y continuó hablando. —Pero primero quiero que me digas ¿Qué diablos hacías parado frente a esa casa? —Cuestionó mientras se acercaba con la toalla y la colocaba sobre esa cabeza con mechones pelirrojos empapados para secarlos.

Junsu apretó los labios, no quería pensar en eso pero… Tampoco podía quedarse callado. Alzó la vista y un medallón que tenía Changmin en el cuello llamó su atención.

—Que bonito. —Comentó algo hipnotizado mientras inconscientemente estiraba el brazo  para tocarlo, el mayor reculo y su rostro se tensó. — ¿Un regalo?

—No es de tu incumbencia. —Respondió el castaño claramente incomodo.

—Bien, en ese caso tampoco es de tu incumbencia el motivo por el que estaba frente a la casa de tu amante hoy.

—Ella no es mi amante. —El hombre más alto se encogió de hombros. —No me digas entonces, no me interesa.

—Ok. —Junsu se puso de pie y caminó hasta asomarse por la ventana del cuarto. —La lluvia se ha detenido, debería ir a casa.

—Ni siquiera sabes cómo regresar.

—Encontraré el camino.

—No tienes pantalón.

—Sobreviviré

—Te perderás.

Junsu se encogió de hombros como si no le preocupara y caminó hacía la entrada, una sonrisa satisfactoria se dibujo en sus carnosidades al sentir un tirón en su brazo.

—Eres terco Kanni… Bien, te diré quien me dio este medallón si tú me cuentas que hacías enfrente de la casa de Seohyun ¿De acuerdo?

—Hecho. —Junsu estiró la mano para “cerrar el trato”.

—Yo sello acuerdos de un modo diferente Kanni.

— ¿Cómo?

Changmin sonrió malicioso y atrajo al menor por la cintura, pegándolo contra su cuerpo. Bajó el rostro, respirando sobre el ajeno. Junsu separó jadeante los labios pero el castaño no hizo otro movimiento, al contrario, al ver la respuesta en el menor alejó su boca.

—Pensándolo bien un apretón de manos vendría bien.

— ¡Eres un idiota! —Junsu frunció el ceño y empujó el pecho del menor. —Mejor una patada en las bolas, la otra te gustó.

— ¿Decepcionado Kanni? No sabía que te gustan tanto mis besos.

— Me gusta más la idea de mi puño en tu jeta.

—A mí la de tu boca en mi polla pero no se puede tener todo en esta vida.

—Mejor mi zapato en tu trasero.

—Mejor mi lengua entre tus nalgas.

— ¡Joder! —Susurró Junsu dándose por vencido al fin. —D…deja de hablar así.

—Te pone caliente ¿Verdad? Es notorio por el sonrojo de tus mejillas y el pulso que late… Aquí…

Y llevó su lengua hasta el cuello del menor, colocándola sobre su yugular, sin lamer, solo la dejó inmóvil en ese sitio. El pelirrojo gimió con suavidad y empujó al castaño con fuerza.

— ¡Suficiente! Y-yo no fui a la casa de Seohyun, solo llegué ahí por casualidad…

— ¿Por qué llorabas?

— ¡Contesta tu primero!

—Me lo regaló…. Mi… Yaakunah.

Junsu sintió algo… Como si le oprimieran el corazón con el puño pero intentó esconderlo lo mejor que pudo.

—Lloraba porque… Bueno… Me enteré de algo. —Suspiró deprimido al rememorar la plática con su hermano. — ¿Dónde… Esta tu Yaakunah?

—Murió hace varios años. —El mayor desvió la vista, era obvio que no quería hablar de tema… Seguramente porque dolía, porque aún la amaba. — ¿De qué te enteraste?

—JaeJae… Él… Él cree que…. Que va a morir… —Susurró Junsu sintiendo de nuevo ese maldito nudo en su garganta.

— ¿Por qué lo cree?

—Bueno… Se siente débil, no tiene ganas de comer, no puede dormir… Él dice que… Algo parecido le sucedió a…

—La madre de Yunho, era pequeño cuando sucedió y Yunho no habla de eso.

— ¿Tu… crees que… Puede morir?

—No lo sé. —Le gustaría poder reconfortar al menor pero ante todo él siempre era sincero. —Quiero pensar que no, sería injusto. Yunho y él son muy felices y merecen más tiempo juntos, aunque nosotros creemos en la…

—Reencarnación… Me lo comentó Jaejoong.

—Así es, por lo tanto si no es en esta vida tal vez puedan estar juntos en otra.

—Tú también podrás reunirte con tu yaakunah ¿Verdad? —Cuestionó el menor algo dudoso.

—No lo sé.

Antes habría contestado con un “es lo que más deseo” pero ahora esas palabras no salieron de su boca, eso le molestó. ¿Por qué ese pelirrojo le hacía olvidar a Victoria?

<<¡¡Dijiste su nombre!!>>

Verdad, llevaba alrededor de 7 años sin mencionar ese nombre y esta vez ese vacío en su pecho al recordarla… No apareció. Changmin frunció el ceño y se dio cuenta que aún tenía acorralado al menor contra la puerta ¡Maldita sea! Lo follaría, lo follaría y luego lo olvidaría, como a todas las demás que habían estado en su cama. ¡Lo haría!

<<No podrás olvidarlo, son nuestros>>

—Kanni… Esta noche vas a ser mío, luego ambos lo olvidaremos y seguiremos con nuestras vidas ¿De acuerdo?

<<Que idiota… Acepta, una vez que te pruebe no podrá dejarte ir. Son nuestros>> 

Junsu estaba a punto de negarse cuando lo recordó. Las palabras de su abuela. “No olvides que si tú y ella sienten que algo les pertenece… ¡Es porque así es! Sin importar lo que parezca, sin importar que intenten engañarles, les pertenece y punto.” Esas palabras las tenía en la cabeza debido a lo extraño de las mismas ¡Hasta ahora lo recordaba! Sus ojos se clavaron en las orbes cafés del mayor y tomó una decisión precipitada, solo esperaba no equivocarse.

—Hecho.

<<Dios, solo espero que no estés equivocada abuela, ni tú tampoco felina>>

<<Confía, podrá resistirse pero él sabe que nos pertenecen>>

Changmin pareció algo sorprendido por su respuesta pero luego en su mirada apareció… ¿Alivio? No pudo analizarlo bien porque de un momento a otro se encontró con la espalda contra la puerta y el cuerpo del mayor casi adherido al suyo.

—Y así es como yo cierro los tratos. —Murmuró el castaño antes de bajar la cabeza y enterrar sus labios entre los ajenos.

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Si bueno, creo que soy mala al dejarlas así muahahaha. En el próximo capítulo hay lemon seguro. Ya es lunes, termine de escribir ayer como a las 9pm pero me ocurrió algo lamentable -A nadie le importa e igual lo platicará- Digamos que soy muy miedosa y vi una imagen que me dejo traumada por un buen rato, en lo que salía de esa crisis de "En cualquier momento voy a morir" Deje la labor de corregir este capitulo. TnT .... Tengo sueño, solo espero haberlo corregido bien xD

Por último, gracias por sus comentarios y opiniones de la letra <3 Realmente me emocionó ver que al segundo día de haber publicado tenía 10 comentarios *^*

 ¡Tengan un excelente inicio de semana!