Capitulo 2

Changmin había estado evitando a Junsu toda una puta semana desde aquel incidente y error. Lo primero por haberlo herido y lo segundo por… ¡Todo! Por ir a su casa, por… Por besarlo. Al parecer  el pelirrojo no había hecho comentario alguno de aquello, de lo contrario Jaejoong ya habría ido a su casa a subirle las bolas a la garganta, era obvio que el rubio adoraba a su hermano menor… Aunque… Últimamente el compañero de su alfa actuaba muy extraño, siempre tenía una mirada triste, no era el mismo chico valiente, mal hablado y bipolar que había conocido hace tiempo y todos se daban cuenta de eso, sobre todo Yunho. Él no era una persona afectiva pero… Apreciaba a ese rubio y a sus amigos, casi hermanos, realmente esperaba que solo fuera una etapa en el beta y que pronto volviera a ser el de antes. 

Una ventaja de vivir alejado de los demás era que tenía la privacidad y soledad que tanto requería. Claro que su vivienda principal estaba en Balam con los otros pero él prefería la pequeña choza que había construido un par de kilómetros lejos del asentamiento, antes del acontecimiento que cambió su vida (odiaba hablar de eso) él era un chico alegre y sociable, ahora prefería estar solo, con su guitarra y los animales e insectos de la selva como única compañía.

Escuchó que aventaban una piedra a la puerta de madera de su refugio, ignoró aquello, sabía quién era y no deseaba hablar con él. Nada personal pero…

<<Es personal y lo sabes>>

<<No lo es y cierra el hocico>>

No era personal, a él no le importa lo que ellos hicieran con su vida ¡Maldita sea! Volvió a escuchar la piedra en la puerta y rechinó los dientes.

—Changmin, puedo olerte. ¿Quieres bajar? El alfa está preocupado por ti aunque ahora sólo tiene cabeza para su yaakhun como para venir a hablar contigo y…

— ¡Joder, Yoochun! Solo quiero un poco de paz.

Ninguno de los dos estaba gritando a pesar de que uno estaba a unos cuantos metros sobre una casa en un árbol y el otro en el suelo, con el buen oído que ambos tenían era fácil comunicarse.

—Jaejoong está enfadado porque aún no le has dado la bienvenida a Su.

Changmin apretó con tal fuerza los puños que se cortó con las garras que comenzaban a salir de sus dedos. Le exasperaba el cariño con que el pelinegro había dicho aquel sobre nombre afectuoso, Yoochun y Junsu se habían hecho muy unidos a pesar de que el último tenía apenas 7 días en Balam.

<<Y por eso evitas estar en el asentamiento, para no verlos juntos>>

Ignoró por completo a su jaguar, ese par podría hacer lo que le viniera en gana, no le importaba.

—Changmin ¿Estás bien? Huelo sangre.

—Me corte el dedo, madre. ¿Quieres venir a ponerme una bandita y darme un besito para que se me pase el dolor?

—Lo siento, reservo mis besos para tíos guapos.

<<Como Junsu…>>

<< … >>

—Estoy bien, Yoochun. —No podía evitar lo gutural en su voz, estaba tan enojado con su estúpido gato por provocarle.

— ¿Seguro?

—Sí. ¡Maldición! Vete… No quiero hablar con nadie.

—Changmin… —El pelinegro apretó los labios, no sabía porque pero su amigo parecía bastante irritado, no tardaba en liberar a su jaguar y el suyo no era oponente digno, así que solo suspiró bajo. —Bien, me iré pero hoy habrá una gran cena, Jae organizó todo por la llegada de Su, sería genial que estuvieras ahí.

<<Imagina el cuerpo de Junsu gimiendo debajo del de Yoochun, entregándose a él como casi lo hizo contigo>>

—Yoochun. Vete… ¡Ahora!

El pelinegro no pudo evitar el escalofrío que recorrió su cuerpo al escuchar aquel gruñido más animal que humano, Changmin le preocupaba. Temía que un día perdiera el control totalmente y permitiera que su Jaguar lo encerrara en su mente, de ser así el alfa tendría que tomar medidas extremas. No dijo más, solo se transformó para irse lo más pronto posible de ahí. Sabía que no era rival para el felino de su amigo.

Una vez que Changmin estuvo seguro de que Yoochun estaba lo suficientemente lejos como para no ir tras él, abrió la puerta principal y saltó, cuando cayó al piso ya estaba transformado. Corrió hacía lo más profundo de la selva, tratando de olvidar al maldito pelirrojo que no podía alejar de su mente.

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Desde el primer momento Junsu no había querido esa bienvenida, se sentía incomodo con tantos sujetos viéndolo como si fuera comida. Claro que tampoco podía quejarse, no quería herir los sentimientos de su hermano… Y ahora que pensaba en Jaejoong… Había una luz extraña en sus ojos, le recordaba a aquella mirada pérdida que ambos tenían en los ojos cuando murieron sus padres, no era el único que lo notaba, Yunho también estaba al pendiente de cada expresión en el rostro del rubio y el ceño fruncido por la preocupación no dejaba de aparecer en su semblante. No sabía si preguntarle a su hermano, no quería forzarlo a hablar.

Perdió el hilo de sus pensamientos cuando Yoochun volvió con un par de cervezas. No era muy dado a beber y era pésimo en resistencia pero por alguna razón no podía decirle que no al pelinegro. Yoochun era dulce y atento. Disfrutaba demasiado de su compañía y en esa insignificante semana el mayor se había ganado su incondicional afecto, obviamente su felina no dejaba de molestar con sus vulgaridades pero era algo que podía controlar, su hermano le había dicho que tal vez pronto sería más difícil detener los instintos de su huésped pero extrañamente “su chica” era bastante tranquila y racional, más que la de JaeJae por lo menos… Aún no sabía bien lo que sucedía, no había podido hablar bien con el rubio debido a los cambios en la actitud de éste. Justo en ese momento el protagonista de sus pensamientos estaba sobre las piernas de su pareja, el alfa del asentamiento según le habían platicado. Su hermano se veía algo pálido y débil, aquél color saludable que había admirado en su rostro al llegar a Balam ya no estaba y nuevamente se veía delgado. Yunho hacía lo imposible por llamar su atención, por mimarlo, pero su hermano parecía reticente a todo avance, más bien parecía hasta malhumorado por  el simple hecho de estar en las piernas ajenas.

—SuSu. ¿Me estas escuchando? —Preguntó Yoochun con sus labios fruncidos en un pequeño mohín.

— ¿Eh? Si, es solo que… —Volteó a ver a la pareja que estaba sentada a algunos metros de ellos.

—Ohh, entiendo. —Susurró Yoochun siguiendo su mirada y se acercó a su oído para murmurar aún más bajo, Junsu ni siquiera sabía cómo era posible escucharlo. —A mí también me preocupa Jae… Él no es así, normalmente es alegre y bromista.

Junsu asintió, sabía eso, era su hermano después de todo. E iba a contestarle al pelinegro pero en ese momento lo sintió. Un escalofrío recorrió su cuerpo de pies a cabeza y su  felina arañó como loca en su mente.

<<Quiero que nos jodan, tu también lo quieres. Nuestros>>

La voz del animal hembra que habitaba en su interior se hacía fuerte cuando… Cuando estaba cerca…. ¡Ese idiota! Ese maldito que le había dado el mejor beso de su vida pero que ahora lo evitaba como la peste ¿Se arrepentía? ¡Genial! Él también lo hacía y quería escupírselo en la cara, no sabía porque se comportó así en aquella ocasión, esa había sido la primera vez que había besado a un hombre y ni siquiera fue por gusto sino porque su gata se había vuelto loca.

— ¡Min! Llegaste. —Yoochun se levantó y Junsu se quedó con la vista baja, no quería verlo, no sabía lo que iba a provocar en su leopardo.

<<No soy un leopardo.. Y que hace esa perra con…>>

<<Espera… Que… Quien… >>

—No iba a venir pero… Seohyun estaba sola y no pude dejarla venir sin acompañante.

—Siempre tan caballeroso —Vino el susurro seductor de una chica.

Todo ocurría demasiado rápido, la voz de su felina, la de Changmin, la de esa chica. Junsu no pudo hacer otra cosa más que alzar la vista y estaba seguro de que una nube color rojo se asentó frente a sus ojos, impidiéndole ver otra que no fuera a Changmin junto a una hermosa morena, la mujer lo tenía agarrado del brazo y acariciaba casi distraídamente su piel sobre la ropa. En ese mismo instante la mirada de ambos se encontró y se sonrieron. Cómplices… Eran amantes. Era obvio, algo en su pecho punzó y dolió. No sabía porque, ni siquiera le agradaba ese estúpido.

<<Hijo de puta… Se va a arrepentir del día en que nació>>

Después de esas palabras, todos voltearon a verlo. ¿Habían sido dichas en voz alta? Imposible, sólo él escuchaba a su felina.

<<Hay dos formas de hacer esto, querido. Despedazar a esa puta o… Torturar a ese estúpido. Soy una gata muy racional, será lo segundo>>

<<A que te…>>

Ni siquiera pudo terminar de formular la pregunta, frente a él ya se encontraba Yoochun, lo miraba de un modo bastante… No estaba seguro pero ese brillo ardoroso en sus ojos provocaba que su cuerpo se calentara, deseaba frotarse contra su costado como un gato, deseaba ponerse en cuatro para que lo montara.

—Tranquilo, Su… Te protegeré…

Yoochun sabía que su voz no se escuchaba calmada, estaba excitado, demasiado. Pero la mirada confundida, deseosa y asustada del menor lograba que se calmara un poco, tenía suficiente autocontrol. Se dio la vuelta para no verle de frente, solo se mantuvo protectoramente frente al pelirrojo.

<<Solo hay que darle, es obvio que lo desea. Te miró con hambre>>

Yoochun mandó al fondo de su cabeza la voz de su leopardo y volteo a ver a Changmin,  su rostro era absolutamente inescrutable, no podía leer nada en él pero… Había algo extraño en su postura, aquella rigidez, esos ojos inquietos. Algo extraño ocurría. Bajó la vista y lo notó. Los puños del castaño estaban totalmente apretados, era obvio por la tensión de esos brazos a pesar de que sus manos estaban dentro de las bolsas de sus vaqueros. Algo estaba ocurriendo. Por algo Junsu había reaccionado extraño cuando Changmin llegó, por algo su amigo ahora estaba actuando así.

**

Junsu no entendía nada de lo que pasaba, fue consciente también de que al mismo tiempo que su amigo se colocaba protectoramente frente a él, Jaejoong se puso de pie pero perdió el equilibrio y cayó… O lo hubiese hecho de no ser por Yunho sosteniéndolo del brazo.

—Suéltame Yunho, estoy bien. —Gruñó Jaejoong malhumorado y se dio la vuelta para caminar hacía él. No fue consciente de la mirada herida de su pareja, ni éste lo fue de la mirada arrepentida de su hermano. Sólo él lo había visto. —Junsu… —Murmuró Jae con ojos cansados. —Deja de hacer eso, obliga a tu felina a dejar de hacerlo o aquí habrá problemas.

—No entiendo de que hablas. ¿Qué hago?

—El olor —Gruñó Yoochun. —Esa fragancia, es parecida a que de Jaejoong aquella vez en el lago… La que hizo que Changmin y Yunho perdieran la razón.

—Que…

—Luego te contaré SuSu… —Murmuró Jae comprensivo al ver perdido a su hermanito.

—No entiendo porque Changmin se puso así en aquella  ocasión, Joongie es mi yaakhun, no el suyo.

— ¿Yoochun? ¿Cómo estás tú? —Cuestionó curioso Jaejoong, ya se había dado cuenta de lo cercanos que se habían hecho ambos chicos.

—Yo… Es controlable, Jae —Comentó el pelinegro sin verlo y fue así como supo que éste no era el yaakhun de su hermano.

Los tres hombres estaban alrededor de Junsu, protegiéndolo de la mirada lujuriosa de los demás y nadie se acercaba a él, solo lo devoraban con la vista, haciéndolo sentir cachondo pero nada cómodo. Por segunda vez volteó a ver a Changmin, éste ni siquiera volteaba a verlo, sólo estaba concentrado en la chica que tenía a un lado.

<< ¿Ah sí?… ¿Qué tal esto? >>

—La fragancia se fue. —Comentó Yunho algo sorprendido y de inmediato la calma volvió al lugar.

—Eso fue extraño, mi felina era algo más…

— ¿Perra, loca, descarada, exhibicionista?

Cuestionó en voz alta Yoochun y se ganó como castigo un suave golpe del yaakhun del alfa, aunque no se parecía nada a los que había recibido anteriormente de Jaejoong, estos eran más suaves y eso no le gustó nada.

**

Changmin no entendía lo que ocurría, todo parecía  normal, el ambiente, las voces alegres conversando… Era como si ya no percibieran esa fragancia que a él continuaba atormentándolo.

<<Idiota, eso es porque mi hembra solo nos atormenta a nosotros… >>

<<No es tu hembra. >>

<<¿Entonces como es posible que pueda hacer eso? >>

Su jaguar tenía razón. Eso de dirigir el olor era únicamente cosa de parejas pero suponía habían excepciones. Junsu NO Podía ser su yaakhun.

<<Estoy enamorado… Ella es tan… Diferente. >>

Changmin pudo haber alzado las cejas de sorpresa pero se controló. Su felino nunca había dicho eso, ni siquiera con… Ella… Aunque eso probablemente había sido porque el animal de su yaakunah nunca había salido al exterior, ella aún era joven para el cambio cuando se habían enamorado pero no era necesario eso para el reconocimiento.

Bastaba con mirar los ojos de otra persona y sentir “eso” No podía explicarlo, era perderse en los ojos de alguien más, el mundo dejaba de girar y lo único estable y verdadero eran aquellas almas gemelas que se habían encontrado por fin.

<< ¿Por qué es diferente?>>

<<Porque no busca llamar la atención de todos, a pesar de que su instinto se lo pide, que es lo normal… Ella prefiere llamar únicamente nuestra atención y para ello usa a los demás, que no es lo mismo. >>

Su jaguar realmente hablaba como un animal enamorado. ¡Maldita sea! Eso no era una buena señal.

—Changmin… ¿Ocurre algo?

Hasta ese momento recordó que había ido acompañado a esa estúpida celebración, de hecho no pensaba hacer acto de presencia pero cuando volvió a su refugio, ya estaba esa chica esperándolo. Se llamaba… ¿Seohyun? No estaba seguro pero era una chica bastante agradable además de hermosa, en cualquier otro momento tal vez ya le habría dado lo que tanto pedía ella, un buen polvo con ambos cuerpos sudorosos retorciéndose y mezclando su sudor en el piso pero lamentablemente sólo pensaba en hacer eso con cierto pelirrojo desgraciado que no dejaba de reír y coquetear con un pelinegro mugroso y frentón mientras su felina lanzaba esa puta fragancia tan atrayente que lo estaba volviendo loco, a él y a su felino.

— ¿Changmin? —Cuestionó Seohyun haciendo un pequeño puchero. — ¿Me estas escuchando?  

—Eh… Claro linda, lo siento...

Y para terminar con toda habladuría innecesaria y aburrida de esa chica llevó la mano sutilmente hasta la pierna de ésta, sus ojos observaban de reojo a Junsu riendo grotesca y escandalosamente con Yoochun, que desagradable esa risa…. ¡Joder! ¡Coño! ¿A quién engañaba? Era encantadora, lo único malo era que su amigo era el hijo de puta afortunado que provocaba esas alegres carcajadas. Él no pudo quedarse atrás, río sin ningún motivo aparente, natural, como si la risa realmente brotara de su ser, se sentía estúpido, por suerte solo sería tachado de loco por Jaejoong, Yoochun y su alfa, el oído de todos los demás presentes no era tan bueno, dependía mucho del linaje, ellos cuatro y próximamente Junsu eran los de mejor casta en ese lugar. Los otros a pesar de ser cambia formas no tenían desarrolladas varias habilidades que ellos sí.

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Comenzaba a sentir algo pesado en su corazón, no podía evitarlo. El hecho de que Changmin y Junsu estuvieran tan pendientes uno del otro…Yoochun ya sospechaba aquello pero no creía que fuera posible,  no era nada contra su amigo pero ¿Cómo era posible que el castaño ya hubiese encontrado dos veces pareja de vida y él no tenía a nadie? No podía evitar el sentimiento de envidia en su pecho, tampoco era el único que se había dado cuenta de la situación, Jae y el alfa parecían muy interesados en la expresión enfadada de Junsu al escuchar reír a Changmin y en las constantes veces que el castaño torcía la boca casi imperceptiblemente cuando el pelirrojo se reía de algo que él decía. ¡Joder! ¿Por qué Junsu tenía que ser tan lindo, tierno, puro y agradable? ¿Por qué tenía que sentirse tan atraído hacía alguien que ya tenía dueño?

<<¿Qué si el sabrosito tiene pareja? Podrías tenerlo si quieres. >>

<<No es tan fácil, no estaría bien, Changmin es mi amigo>>

<<Los humanos son idiotas al dejarse llevar por esos sentimientos, por eso te quedarás solo>>

Yoochun apretó enfadado los labios hasta que formó una línea en su boca, su leopardo tenía razón pero… No era correcto, Changmin merecía ser feliz, además no era como si le hubiese quitado algo, Junsu nunca había sido suyo.

— ¿Yoochunnie? ¿Me estas prestando atención?

Y al escuchar aquél sobrenombre cariñoso de nuevo la mandíbula de Changmin hizo ese movimiento parecido a un tic.

—Si, Susu-ah. Te escuchó…

Algo vino a su mente. No era lo más inteligente pero era una forma de saber qué era lo que Junsu sentía, debía perder sus ilusiones del todo de ser necesario. Suspiró y tratando de actuar lo mejor posible, aprovechó que uno de los chicos que estaba detrás suyo se movió para… ¡Un segundo! No era necesario, no supo cómo pasó pero de un momento a otro ya tenía cerveza sobre su camisa negra.

— ¡Ohh! Chunnie… Lo… Lo siento. —Dijo un Junsu bastante sonrojado y risueño.

Con que era eso, había estado tan sumergido en sus pensamientos que no se había dado cuenta que Junsu ya estaba algo ebrio, tal vez porque el menor no había tomado ni una cerveza ¿Cómo una cerveza podía ponerlo así? No importaba, era su momento y debía aprovecharlo.

—No te preocupes, ya mismo voy a limpiarme.

Junsu se levantó de golpe al escucharlo y tuvo que estabilizarlo con las manos en sus hombros.

—Yo… Te ayudo…

Junsu estaba harto de ver de reojo cómo Changmin sonreía y acariciaba casualmente el dorso de la mano de aquella… Tipa. Tal vez por eso había bebido inconscientemente rápido esa cerveza. ¡Rayos! Todo le dio vueltas cuando se puso de pie pero sabía que no estaba ebrio, solo algo  achispado y era genial sentirse así.

<< No creo que sea buena idea ir con él… >>

<< ¿Por qué no? Es un buen chico>>

<<Si pero justo ahora estas ebrio, dolido y yo cachonda... Ahhh y olvide mencionar ¡Le gustas a ese tío sabroso! >>

<<No le gusto, solo somos amigos. >>

No solo su felina era la cachonda, con la bebida se sentía algo más febril de lo normal. Caminó hacía la casa de Jaejoong y Yunho con el pelinegro detrás de él,  pudo sentir varias miradas ardientes sobre su espalda… No, no era su espalda sino su trasero y una le pertenecía a Changmin, estaba seguro. ¡Diablos! Se sentía desnudo pero no tímido, es más, sentía su cuerpo moverse con fluidez y gracia, como si se contoneara por si solo con el simple hecho de sentir la mirada del castaño.

Junsu entró a la cocina y se volteó para mirar a Yoochun pero se quedó unos segundos sin habla por esa mirada ardiente sobre su persona, no era desagradable, su cuerpo respondía.

 —Junsu…

El pelinegro mencionó su nombre lentamente, como si lo saboreara, su felina había tenido razón pero… No quería huir. Necesitaba saber si había sido normal aquella reacción desbordante cuando Changmin lo había besado.

El rostro del mayor se acercó lentamente al suyo y aunque una parte de su persona gritaba ¡No! Otra estaba ansiosa por un beso. Yoochun tenía una boca muy hermosa, mucho más bonita que la de Changmin, sería un placer besarlo.

 <<No será como con Changmin… Por mi no hay problema, es un hombre guapo y su felino también nos desea, vendría bien una follada pero… Solo encontraremos la magia con nuestros compañeros>>

El pelirrojo mandó al fondo de su mente la voz de su felina, no quería pensar en eso, no cuando esos carnosos labios se acercaban a los suyos. Cerró los ojos, en ese momento solo imaginaba el rostro de Changmin y eso no estaba bien. Sintió un pequeño roce de la boca ajena sobre la suya y luego una lengua presionando la brecha que unía sus labios. Algo indeciso los separó y… Abruptamente todo contacto se fue, sólo escuchó un ruido estruendoso y al abrir los ojos vio el cuerpo de Changmin sobre el de Yoochun. El más alto parecía fuera de sí, sus brazos estaban apretados alrededor del cuello del pelinegro, sus dientes descubiertos, los colmillos eran claramente visibles y no dejaba de gruñir amenazadoramente.

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Yunho no soportaba más la situación, estaba cansado de que Jaejoong rechazara sus caricias, evitara su mirada… Sabía que el único motivo por el que aún se mantenía en su regazo era para evitar hacer una escena. ¡Estaba desesperado! No sabía lo que ocurría, desde aquella vez que habían hecho el amor, Jae estaba más distante que nunca, lo evitaba saliendo cuando él estaba en la casa, era grosero, de todo se enojaba. Su yaakhun siempre había sido algo bipolar pero ahora parecía que quería que estuvieran peleados todo el tiempo y a propósito, el hecho de que no le siguiera el juego, de que no se enojara, parecía enfadar a su rubio aún más. Cuando no estaba enojado tenía una mirada triste y vacía, ya lo había descubierto un par de veces observándolo con añoranza pero cuando dirigía totalmente su mirada hacía el menor, volvía el rechazo a sus ojos.

¡A la mierda! No le importaba hacer una maldita escena. Cuando Yoochun fue con Junsu a la cocina encontró una oportunidad, se puso de pie con su pareja en brazos.

—Yunho… Que…

— ¡Cierra la puta boca Jaejoong!

El moreno llevó en brazos a su rubio hasta que estuvieron relativamente lejos de los demás, en todo momento Jaejoong pataleó tratando de liberarse pero eran intentos bastante débiles. Eso le inquietaba. Suspiró y bajo a su yaakhun al suelo.

— ¡Joder Yunho! Qué diablos te…

No le dio oportunidad de seguir hablando, se acercó lentamente hasta él, colocándolo nervioso de inmediato al invadir su espacio personal.

— ¿Qué es Dayma? ¿Por qué estas comportándote así?

—D- de que…

— ¿Acaso ya no me deseas? —Susurró acorralándolo contra un árbol, bajando el rostro hasta inhalar el dulce olor de su cuerpo. — ¿Ya no despierto algo en ti?

—Yunnie… Y-yo…

— ¿Ya no deseas arañar mi espalda mientras te follo tan duro que no sabes donde empiezas tú y termino yo?

El cuerpo de Jaejoong se estremecía y temblaba ansioso pero éste no lo veía a los ojos, obviamente el rubio temía lo que podía mostrar en su mirada. Sus pensamientos estaban totalmente bloqueados, Yunho no podía acceder a ellos y eso lo frustraba.

—Jaejoong, te estoy hablando. ¡Mírame!

Llevó sus dedos hasta el cabello del rubio, tirando de éste hacia atrás para poder ver los ojos del menor. Un inevitable y casi insonoro gemido escapó de eso hermosos labios, a su Joongie le gustaban las cosas rudas de vez en cuando. Las pupilas del moreno se encontraron con esos hermosos orbes color chocolate. Deseo, amor… Eso leía en aquella mirada. Estaba seguro.

—Jae…

Y sus labios fueron hacía los ajenos, eliminando lentamente la distancia entre ellos, los del hombre más pequeño estaban entreabiertos, inconscientemente esperaban anhelantes. Sus bocas estaban a escasos milímetro de entrar en contacto cuando se escuchó un estruendo en la casa que ambos compartían, se separaron de golpe y sin pensarlo corrieron hacía allá.

Yunho no estaba listo para lo que encontró al entrar a la cocina, Changmin estaba sobre el cuerpo de Yoochun, gruñéndole y apretando su cuello. Inmediatamente se acercó al par, tratando de hablarle al castaño para que se tranquilizara pero solo fue consciente de su cuerpo volar en el aire antes de aterrizar con un golpe seco contra la pared.

**

Changmin no estaba siendo racional, todo pensamiento coherente y lógico se había ido de su cabeza, en lo único que podía concentrarse era en lo bien que quedaba ese tono algo rojizo en el rostro de Yoochun debido a la falta de oxigeno. No había pensado seguirlos, realmente no deseaba hacerlo pero ¡Puto instinto! Dijo que iba al baño y sin ser totalmente consciente ya estaba caminando hacia el lugar por donde había desaparecido ese estúpido y patético par. Ver los brazos de Yoochun en la cintura de Junsu mientras los labios del pelirrojo comenzaban a separarse fue simplemente demasiado. Solo su lengua podía estar en esa húmeda cavidad. Solo sus manos podían rodear esa estrecha cintura. ¡Solo su puta polla podía perderse entre ese estupendo culo! ¿Cómo diablos no lo había notado antes? Siempre que había visto a Junsu éste había estado de frente, escondiéndole ese magnífico trasero. ¡Joder! Lo había notado hasta que lo había visto caminar hacía la cocina, tan seductor y provocativo. Le enfurecía no haber sido el único que había disfrutado de la vista, todos habían clavado los ojos en ese estupendo par de nalgas, sobre todo Yoochun, que lo tenía  más cerca… Y sus manos apretaron más ese cuello. Escuchaba voces…

— ¡Changmin! Maldita sea. ¡Suficiente!

Alguien tomó su brazo y empujó bruscamente a ese alguien, deshaciéndose del agarre.

—Ch-Changmin… No… P-por favor…

Sabía a quién pertenecía esa voz asustada… No quería escuchar el temor invadirla, no a esa hermosa voz.

—Junsu ¡No! —Otra voz, le resultaba familiar.

Un suave roce en su brazo lo hizo salir de ese estado asesino en que se encontraba, volteó hacía su derecha y su vista pareció aclararse otro poco al ver a Junsu con ese par de hermosos ojos llenos de preocupación… Preocupación por el pelinegro que estaba debajo de su cuerpo. Gruñó y liberó la garganta de Yoochun lentamente ¿Qué diablos estaba haciendo? Odiaba perder el control de ese modo. Se puso de pie, deshaciéndose suavemente del agarre de Junsu y caminó hacia la salida de la vivienda.

**

Junsu se quedó unos segundos observando al castaño salir. Volteó a ver a Yoochun que parecía estar inconsciente pero aún respiraba, luego a Yunho que estaba junto a Jaejoong en el piso para finalmente regresar su vista a Changmin, sus piernas se movieron por voluntad propia hacia la salida.

—SuSu… No vayas…

Jaejoong parecía realmente preocupado pero aún así no se alejó de Yunho, el alfa parecía bien pero se había golpeado la cabeza al caer, esas heridas eran escandalosas, los ojos de su hermano estaban llenos de angustia y amor… Entonces ¿Por qué diablos alejaba a su pareja? De todos modos no tenía tiempo para analizar eso, simplemente necesitaba ir detrás de Changmin.

—Estaré bien Jae…

Y sin esperar la réplica de su hermano, salió detrás del castaño.

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—Estará bien, amor… Changmin no le haría daño a su Yaakhun.

Jaejoong volteó a ver a su pareja, aliviado al ver que estaba bien, sin poder detener el impulso llevó su mano a la sien del mayor, limpiando la sangre que estaba ahí con su camiseta.

—Ese idiota, lo mataré por haberte lastimado.

Aún no podía creer que Changmin fuera el compañero de Junsu, en algún momento llegó a quererlo para su hermanito pero no negaría que le había asustado ese comportamiento tan salvaje en el castaño.

—Es normal, reaccionaría igual si se tratara de ti.

Yunho estaba leyendo su mente. Jaejoong se tensó y rápidamente escondió sus sentimientos y pensamientos del mayor. Debía tener cuidado. La mirada triste en los ojos de su yaakhun lo mataba pero no podía ser de otro modo, era mejor que Yunho se fuera acostumbrando a su ausencia ¿Cómo? Logrando que se decepcionara de él, que dejara de amarlo… Eso lo destruiría por dentro pero sólo así protegería el corazón del hombre que amaba más que a su vida.

Yunho apretó su mandíbula y se puso de pie, Jaejoong se inclinó para ayudarlo pero el moreno se alejó de su toque, acercándose a Yoochun para auxiliarlo. Ignorándolo. ¡Mierda! Eso dolía tanto, quemaba en su pecho, sólo quería llorar pero no era momento. Colocó en su rostro una expresión neutra y se acercó también al pelinegro.

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—Deja de seguirme… SuSu-ah —Dijo Changmin burlonamente caminando furiosamente hacía el interior de la selva, quería llegar a su casa ya.

—No quiero hacerlo… No sé porque te estoy siguiendo.

—Es fácil, precioso —Changmin se detuvo de golpe y volvió junto al hombre más pequeño, sus cuerpos solo estaban separados por escasos centímetros. —Me necesitas, tu cuerpo me clama, no a Yoochun… Deseas mis besos, te mueres por sentir mi lengua enterrándose en tu boca, quieres tragar mi saliva, no solo eso, te encantaría tragar mi polla.

El pelirrojo no podía evitar sentir la temperatura aumentar aún más en su cuerpo, verdaderamente comenzaba a sentirse sofocado, su piel picaba, su abdomen se contraía deseoso, necesitado.

—Estas duro. —El castaño bajo la vista a la entrepierna de Junsu con una sonrisa ladina. —Eres un tipo muy fácil precioso, te besas con cualquiera, un par de palabras vulgares te ponen caliente… Los sujetos así terminan por aburrir ¿Sabes?

<< Que hijo de puta >>

<<Eso no estuvo bien>>

Inmediatamente el deseo desapareció del semblante del menor y fue sustituido por una furia que nunca antes había sentido. ¡Quería matar a ese jodido idiota! Sabía… Nada ¡Absolutamente nada! Su maldito cuerpo reaccionaba a todo lo que sucedía a su alrededor, sobre todo la presencia del castaño.

Junsu apretó su puño con fuerza y sin ser totalmente consciente de sus acciones lo llevó al rostro del más alto ¡Deseaba tanto golpearlo! Pero unos instantes antes de que éste hiciera contacto con la mejilla del otro hombre, fue detenido por la mano ajena.

—Vaya, el gatito ha sacado la garras. No soportas que te diga la verdad ¿Eh?

—Changmin ¡Eres un hijo de puta!

Y esta vez el castaño no vio cuando el pelirrojo alzó la rodilla, estrellándola con fuerza contra sus testículos. Inmediatamente el agarré en puño contrario se debilitó y se arrodillo en el piso, la fuerza se había ido de sus piernas por la intensidad del golpe.

—Jun…Su… Te mataré… —Gruño jadeante el mayor.

—No tienes ni perra idea de lo horrible que es esto, excitarme por cualquier mirada sucia sobre mí, por palabras de tipos guarros y vulgares como tú ¡Es una mierda! Odio esto, no pedí tener una felina en mi interior pero es así. Mide tus palabras, jodido idiota.

Nunca habían salido tantas groserías de su boca, pocas veces usaba “palabrotas” pero estaba tan enojado que le importaba un comino. Miró con despreció al mayor desde su altura ventajosa en ese momento y se dio la vuelta para regresar junto a su hermano, había logrado dar un par de pasos cuando un cuerpo se pegó contra el suyo y un brazo rodeó su cuello hasta sostenerse de su hombro.

—Realmente podría matarte por eso, niñato. No soy inmune al dolor. —Susurró peligrosamente el más alto en su oído y empujó la pelvis contra su trasero, estaba malditamente duro.

—Eres un maldito asqueroso. Te pusiste duro porque te di un golpe en las bolas… Eso es bajo.

—No es así precioso, ya estaba duro debido al puto aroma que desprendía tu felina… Después me excito oír esas groserías saliendo de tu boca, me pone duro lo encantador que te ves, es bastante sexy el contraste entre tu rostro angelical y  tu boca de marinero.

—De-detente… —Susurró ahogadamente el pelirrojo, debatiéndose entre la excitación y el coraje.

— ¿Sabes que otra cosa me para la polla efectivamente? —Al no obtener respuesta, Changmin continuó hablando. —Tu culo, es una obra de arte. —Nuevamente silencio. — ¿Sabes que hace el calor de tu necesidad más intenso? La bebida y el enojo… Por eso estas totalmente duro justo ahora. 

Ese era el modo de disculparse por llamarlo fácil, no pensaba decir más. Aún no podía sacar de su cabeza ese roce de labios del pelinegro con Junsu. ¿Por qué diablos lo había hecho? El castaño se mantuvo callado unos segundos pero después gruñó y hundió la nariz en el cuello del pelirrojo, olvidando de nuevo su coraje.

— ¡Joder! Lo estás haciendo de nuevo.

— ¿Q-que hago? —Medió gimió Junsu recargando su nuca en el pecho del mayor.

—El olor… Dios, me vuelve loco… ¡Detente!

<< No se puede ¿Ups?>>

—No sé que como detenerlo.

— ¡Maldición, Junsu! No puedo desearte, no puedo necesitarte ¿Entiendes?

—No del todo…

Changmin suspiró y soltó de golpe el cuerpo del menor, sus manos picaban por la necesidad de volver a tomarlo en brazos.

—Vete Junsu, rápido… Yo… No tengo mucha fuerza de voluntad justo ahora.

El pelirrojo dio tres pasos hacía enfrente y de repente se volteó para ver al castaño que literalmente lo estaba devorando con la mirada. No pudo detener su siguiente acción, en segundos pasó de estar distanciado de Changmin a estar entre sus brazos, fundiendo ardorosamente sus labios.

Changmin adentró su lengua bruscamente  entre los labios de Junsu, probando el néctar que se encontraba en la saliva de éste. Esa boca era suya, solo él podía recorrerla, solo él podía tocar el cuerpo del pelirrojo a su placer mientras devoraba esos labios. Sus dedos inquietos no soportaron la tentación y llegaron hasta ese escultural culo hecho por los dioses, clavándose en la suavidad de estos, tragando gustoso el gemido que el pelirrojo depositó en su boca. Usando la fuerza de sus brazos, levantó suavemente el cuerpo del más pequeño del suelo, Junsu inmediatamente captó el mensaje y subió las piernas hasta envolverlas alrededor de su cadera.

Definitivamente no era lo mismo. Desde el momento en que los labios de Changmin se colocaron sobre los suyos, aquel nudo en su estomago se había desvanecido poco a poco, su beso calmaba ese deseo tortuoso en su interior. Quería más, necesitaba más. Parecía que el mayor leía su mente pues lo llevó hasta un árbol y usándolo de apoyo, comenzó a embestir contra su cuerpo, pellizcando su trasero con las manos. Nunca le había gustado que tocaran o vieran esa parte de su anatomía, hasta Changmin, era diferente, a partir de ese momento no le importaría tener esas palmas grandes sobre su trasero por siempre. Los labios del castaño abandonaron los suyos, lamiendo todo rastro de saliva que había resbalado por las comisuras de su boca y esa lengua recorrió desde su barbilla hasta su cuello, donde se entretuvieron mordisqueando y succionando mínimamente su piel pero pronto esas succiones se hicieron más bruscas, tanto que hacían que gimiera incontrolablemente.

—Changmin…

Y al escuchar su nombre gemido de ese modo por la boca de Junsu…. Se asusto. La razón volvió a su mente enturbiada por el deseo y libero de golpe el cuerpo del menor, haciendo que este tropezara hacía atrás debido a lo repentino del movimiento contrario.

—Yo… Junsu… Lo siento, no puedo…

Huyó, por segunda vez, como todo un cobarde… No podía enfrentar en ese momento lo que el menor le hacía sentir, lo que tenía que hacer era ir a follar con una chica, tal vez  Seohyun… El punto era dejar de pensar en ese precioso pelirrojo que siempre se derretía en sus brazos.

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Tarde pero aquí esta la actualización. Estaba en exámenes pero ahora soy libre, empezaré a actualizar cada semana ¡Si o si! Así que no pasaran las actualizaciones del domingo. Gracias por sus lindos comentarios, me alegra que el fic este teniendo una gran respuesta.  Ustedes son mi inspiración para poner mi ardilla a rodar <3 No dejen de comentar, me gusta conocer sus opiniones acerca del rumbo que le estoy dando a la historia. 

Pd. ¡Pregunta! ¿Les parece bien el color de letra y tamaño de este capítulo o es mejor el del anterior?  Eso es importante, estoy abierta a sugerencias.